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Las cicatrices que deja el ramal de Ence

El descarte del plan para llevar por tren la pasta de papel naviega a El Musel causa indignación en los expropiados y en la oposición, que pide responsabilidades a los dirigentes socialistas

Las cicatrices que deja el ramal de Ence

Hace aproximadamente un año, los empleados de la fábrica de celulosa de Ence en Navia vieron, no sin cierta incredulidad, cómo se desmantelaban, dentro de la propia planta, los raíles ferroviarios concebidos para sacar hacia Gijón la pasta de papel naviega. Fue una implícita declaración de intenciones de la empresa, convencida de que lo mejor era abandonar el proyecto y centrar el grueso de la exportación en el ribadense puerto de Mirasol. La pasada semana la firma declaró abiertamente que se habían encontrado "soluciones más eficientes" al transporte por tren, y desde el Principado se confirmó la "falta de voluntad" de Ence para concluir el plan. Es el aparente punto y final de una idea concebida por el gobierno de Vicente Álvarez Areces y que ha ido acumulando retraso tras retraso hasta su derrota final, acumulando por el camino abultados sobrecostes.

La idea, en principio, era bastante sencilla: Ence utilizaría el tren para sacar su producción (estimada en unas 500.000 toneladas anuales) hacia el puerto de El Musel y, de igual forma, para recibir la madera, descargada en las instalaciones portuarias avilesinas o gijonesas. Ence dispondría, además, de una terminal en los muelles en la que operar con la celulosa bajo todo tipo de condiciones meteorológicas. De rebote, los vecinos lograrían una mejor conexión hacia el centro.

Con todo esto sobre la mesa, llegó el acuerdo: el 23 de febrero de 2010, Feve y el Principado firmaron el convenio de colaboración con Ence para desarrollar el proyecto. Los tres, acordaron, se rascarían el bolsillo: 3,5 millones cada entidad pública y los otros 2, hasta completar los 9 previstos, serían aportados por la empresa. Todo estaría presto a funcionar, según la primera estimación, en el verano de 2011.

Las obras se iniciaron a finales de 2010. La construcción del ramal naviego, que uniría las vías de Feve con el corazón de la fábrica a través de 1,5 kilómetros de trazado, se proyectó en tres tramos para mayor agilidad.

Sin embargo, los retrasos no tardaron en aparecer. Durante una visita a las instalaciones de Ence, el por aquel entonces candidato a la presidencia Javier Fernández aplazaba en medio año el remate del ramal. La llegada al poder de Francisco Álvarez-Cascos puso otra piedra en el camino, que casi hizo descarrilar al proyecto. Se paralizó la inversión, aduciendo que se trataba de una obra que respondía a los intereses "de una empresa privada".

El ramal nunca más se repondría, y desde entonces ha acumulado retraso tras retraso, en una parálisis tan sólo interrumpida por cortos periodos de actividad. El último se produjo en enero de este año, cuando las máquinas volvieron a la zona para apuntalar uno de los taludes en un extremo del ramal. El Principado invirtió en esta operación 900.000 euros.

El anuncio de Ence de abandonar el ramal deja secuelas en Navia. La primera de ellas es la brutal cicatriz en las poblaciones de Talarén y Las Aceñas, una gran zanja vacía ocupada por la maleza. Quedan también dos puentes hacia la nada, llenos de óxido. Y, sobre todo, mucha indignación entre los afectados, que no recibieron un céntimo tras la expropiación forzosa.

"Nuestra finca fue partida en dos partes, quedando la parte superior sin ningún tipo de acceso. No dejaron acceso rodado para poder acceder a ellas como antes, y ocuparon más terreno de lo planteado inicialmente", explica Gema Fernández, una de las propietarias más afectadas. Expone, además, que se ha golpeado al paisaje de la zona.

El alcade pide negociar

Ignacio García Palacios, alcalde socialista de Navia, fue desde el principio uno de los principales valedores del proyecto, convencido de que se trata de una "operación de gran interés para los asturianos", puesto que favorece a los puertos de la región. Una vez conocido el anuncio de Ence, García Palacios defiende, con convicción, que la postura del gobierno local, así como la del regional, es que la obra "para la que se gastó bastante dinero, por encima de los diez millones, se haga, se construya y se termine, para dar servicio a nuestro puerto, que es El Musel. Es de interés para los asturianos", señala. Palacios no cierra la puerta a que el ramal entre finalmente en funcionamiento, e indica que se debe apostar por "una negociación" que logre que a Ence le salga "rentable" trasladar su mercancía hacia El Musel.

Mientras, el comité de empresa de la fábrica habla de derroche, aunque se muestra satisfecho por la continuidad de los puestos de trabajo en el transporte por carretera hacia Ribadeo. Desde la oposición municipal, tanto IU como PP señalan que desde un principio se mostraron contrarios al proyecto, y exigen ahora responsabilidades y explicaciones tanto a Álvarez Areces como a García Palacios.

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