El agua del grifo de Luarca ya se puede utilizar para consumo humano. El gobierno levantó la prohibición tras un día de restricciones. Una avería en una de las conducciones, detectada el pasado martes por la noche, fue el origen del problema. El Ayuntamiento dejó de suministrar agua desde la captación de Paladeperre y utilizó un depósito alternativo, ubicado en Fornes. Un bando advertía de la ciudadanía sobre la recomendación de no usar esta agua para beber o cocinar por no estar reconocida su calidad.

El alcalde, Simón Guardado (PSOE), indica que la avería se solucionó el pasado miércoles a las dos de la tarde, pero, por precaución, no se aconsejó volver a la normalidad ese mismo día. El municipio espera por una inversión de 5,5 millones de euros para renovar la traída.