Busto es uno de los pueblos de Valdés con más poder de atracción. Los restos arqueológicos encontrados en un yacimiento cerca del cabo, la charca que es parada de aves migratorias y la gran belleza de su paisaje hacen que se haya convertido en uno de los enclaves más cuidados del concejo. Ahora tiene nuevas cosas que contar.
El Ayuntamiento ha instalado siete paneles que contienen información sobre este cabo. Dice la concejala de Turismo, Ángeles García (PSOE), que estas iniciativas son importantes para traer al visitante que no tiene guía y viaja por su cuenta. "Siempre buscan algo más, una explicación fiable a lo que observan", dice. La senda de Busto se abrió hace años, pero no estaba debidamente señalizada con paneles informativos. La idea del gobierno local es extender esta propuesta a otras sendas muy visitadas del municipio para poder darles "un plus".
En Busto, la asociación de vecinos está satisfecha con la iniciativa. El presidente, José Alejo, asegura que era una petición del colectivo, como las reformas puntuales en algunas zonas dañadas y en el camino que lleva al cabo de Busto, su gran baluarte. "Es un entorno sin igual y se deben conservar y apostar por él", añade. Los siete panales han supuestos una inversión 6.813,03 euros. El montante llega gracias a una línea de ayudas al desarrollo turístico de la Consejería de Economía y Empleo. Son subvenciones que tratan de "facilitar la movilidad del visitantes en Asturias".
Los siete paneles instalados en Busto contienen información sobres la geología y ecología de la zona oeste de este Paisaje Protegido de la Costa Occidental desde el que se puede ver, por tramos, las playas de Bozo, El Serrón, Bachinas y Punxéu. Tampoco falta documentación sobre la charca de Busto, lugar donde encuentra el único observatorio de aves del municipio, ni sobre las singularidades morfológicas y geológicas del que es considerado uno de los principales lugares de la Red Natura 2000 en Asturias. La fauna y flora está a su vez debidamente documentada.
En el Cabo Busto se encuentra además el faro, que data de 1858, y es otro de los grandes atractivos para muchos visitantes. Esta edificio, al igual que el yacimiento de Vallinas, no tienen de momento panel explicativo. En el yacimiento se descubrió en 1968 un asentamiento paleolítico que se empezó a excavar hace relativamente poco tiempo, en 1992. Se encontraron 400 herramientas talladas en cuarcita de tipo achelense, según los datos el Principado. Estos hallazgos confirman que fue una de las zonas de primera ocupación humana de la cornisa cantábrica. "Pero de momento estamos centrados en la documentación del valor paisajístico, sobre la Naturaleza", señala la edil.
El cabo es además un punto de interés para los aficionados a la ornitología que, al margen de la nueva señalización de la ruta, acuden todos los años en busca de nuevas imágenes de aves. Desde el acantilado también se pueden avistar de forma puntual cetáceos y genera especial inquietud la presencia de anfibios como la ranita de San Antón, especie vulnerable y que forma parte del catálogo regional de la fauna vertebrada amenazada.
El presidente de la asociación de vecinos asegura que estos atractivos propios y la señalización y promoción de la senda "tiene efectos en la economía de pueblo". Ya es habitual ver a turistas, especialmente los fines de semana y al margen de la época del año.
