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El ramal de Barres se asienta sobre un túnel de 40 metros de largo y 7 de alto

"Es una mejora importante que planteamos para no tocar el arroyo Penarronda", dice el jefe de la obra, ejecutada en un 20 por ciento

El arroyo Penarronda, bajo el túnel. TANIA CASCUDO

Está previsto que hoy se remate la espectacular construcción del túnel de 40 metros de longitud, con una sección de 10 metros de ancho y siete de alto, que permitirá proteger el arroyo Penarronda y salvar un desnivel de 14 metros de altura. Se trata de la parte más singular y compleja del proyecto de construcción del ramal de Barres. La vía, de 568 metros de longitud, es una obra largamente demandada en Castropol, pues permitirá una conexión rápida y directa entre el polígono industrial de Barres y la Autovía del Cantábrico.

LA NUEVA ESPAÑA se coló ayer en los trabajos de construcción de esta infraestructura, adjudicada a principios de año a la empresa valdesana Ingeniería de Construcción y Obra Civil de Asturias (CGS) por un montante de 1.034.548 euros (IVA incluido). La firma se hizo con el contrato tras competir con otras nueve empresas y presentar las mejores oferta económica y condiciones, entre las cuales figura una garantía de obra de cinco años.

La actuación ya está al 20 por ciento de su ejecución y, si no hay contratiempos, la empresa confía en cumplir los plazos establecidos y que pueda estar concluida el próximo mes de agosto. La obra se puso en marcha el pasado 29 de febrero con la firma del acta de replanteo y tiene un plazo de ejecución de seis meses.

El túnel en cuestión constituye "una mejora importante que planteamos en el proyecto, pues nos permite no tocar el arroyo, respetar su lecho natural", explica el jefe de obra, Silverio Pérez. Argumenta este ingeniero que lo habitual en este tipo de arroyos es realizar actuaciones menos ambiciosas, pero optaron por esta propuesta por ser más respetuosa con el entorno. El arroyo, en condiciones normales, tiene muy poco caudal, aunque, precisan los operarios, "crece muy rápido" cuando empiezan las lluvias. Lo saben bien, pues han sufrido semanas lluviosas que han dificultado las labores en este punto. "Las condiciones de trabajo hasta ahora fueron malas, aunque en esta semana de buen tiempo hemos aprovechado para avanzar", añade Pérez, quien también incide en el difícil acceso de esta zona en la que han comenzado la actuación.

El túnel va colocado de manera paralela a la rotonda de acceso a la Autovía del Cantábrico y está conformado por un total de 34 piezas que se han estado colocando, cual puzzle, en los últimos días. "Son piezas en su mayoría de 2,40 metros de largo y 16 toneladas de peso", añade Pérez. Para la colocación de las mismas ha sido necesario el empleo de dos grúas, una de ellas, la que ayer continuaba trabajando en la zona, de 100 toneladas.

Una vez se dé por concluido el túnel, comenzarán la obra "en terraplenes y desmontes" para dar forma a la calzada, que discurrirá cinco metros por encima de dicho túnel. Pérez incide en el hecho de que "ésta es la parte más singular, pues lo otro es un trabajo más convencional de tierra". En total, está previsto movilizar alrededor de 40.000 metros cúbicos de terreno, de los que casi la mitad irán a parar al entorno del túnel. "El movimiento gordo de tierra empezará ahora", añaden los responsables.

Una docena de operarios trabajan estos días en el tajo, según confirma el gerente de CGS, Joel García, que ayer visitó la obra en compañía del alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, del director de la obra, Juan José González, y del responsable de la dirección ambiental, Ignacio Apilánez. Este último mostró su satisfacción con el desarrollo de la actuación, que constituye la obra estrella de este mandato. "Va a cambiar la vida a Barres, al polígono y a los pueblos de Tol, Las Campas e incluso a Figueras. Constituye un atajo impresionante que va a beneficiar al polígono y permitirá retirar el tráfico pesado del pueblo de Barres. Va a ser un alivio", precisó el regidor castropolense a pie de obra.

El ramal ya va tomando forma, pues se ha despejado el camino por el que discurrirá la vía, justo entre las rotondas de acceso al polígono y a la Autovía. Aunque la vía beneficiará a los vecinos de la comarca, en realidad fue concebida para servir al polígono de Barres y agilizar su comunicación con la Autovía del Cantábrico. No en vano, el ramal se anunció como el complemento estrella de la tercera fase de ampliación del polígono, que quedó lista a principios de 2012.

La Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo (Sogepsa) redactó el proyecto del ramal y también adquirió el suelo para desarrollarlo. Sin embargo, la crisis se cruzó en su camino y no pudo llevarse a término.

El Principado desbloqueó la actuación poniendo sobre la mesa el montante de 1.149.499,42 euros (IVA incluido) en que se licitó la obra. Lo transfirió al consistorio castropolense, que se ha ocupado en adelante de los pertinentes trámites.

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