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Bronca en Navia al rechazar la instalación de la planta de biomasa los vecinos afectados

"No hay riesgo de contaminación", aseguran los redactores del proyecto en una tensa reunión en la que se criticó el "oscurantismo" del proceso

Bronca en Navia al rechazar la instalación de la planta de biomasa los vecinos afectados

La planta de generación de energía a partir de biomasa que se proyecta instalar en Navia no generará molestias para los vecinos. Ni humos, ni olores, ni ruidos. Así lo aseguran los técnicos redactores del proyecto, experimental y pionero en Europa. Sus responsables mantuvieron ayer un encuentro informativo con un nutrido grupo de ciudadanos que se consideran afectados por este nuevo equipamiento, en el cual quedó patente la crispación social que ha surgido en torno a esta inversión.

Ante las reticencias mostradas por los vecinos, los responsables de la planta defendieron el respeto al entorno con que se ha planeado la misma, en la que se aplicarán las más modernas tecnologías de combustión para generar mayor cantidad de energía con reducidas emisiones. Por otro lado, la forma en la que se ha gestionado el proyecto por parte del equipo de gobierno no ha gustado al vecindario, que ahora dispone de varios días para presentar las alegaciones pertinentes.

En 2013 se comenzó a tramitar esta iniciativa dentro del programa "Life". "La planta está financiada por la Comisión Europea. Se trata de un proyecto demostrativo de tecnología y de acciones medioambientales positivas para el entorno. En este caso, la biomasa, que es perfecta por el entorno en el que se encuentra Navia. La caldera admite las pacas de residuos forestales, con lo que se evita el procesado intermedio, y utiliza un ciclo orgánico Rankine, que es el que genera la electricidad", explica Adrián Arboleya, uno de los técnicos presentes, junto con Patricia Zapico y Francisco Menéndez.

El equipo responsable niega que los vecinos se puedan ver afectados por la planta, pese a que alguno de ellos vive tan solo cincuenta metros del lugar donde será instalada. "El sistema se dota de un control que gestiona todos los procesos que hay dentro de él. No hay riesgo alguno de ninguna contaminación ni molestia previsible para ningún vecino", afirma Menéndez, que sí reconoce cierto impacto visual. Éste será solventado con la instalación de una cubierta y con un cierre perimetral con árboles.

Según aseguran los técnicos, el ruido generado, en ciertos momentos de mayor actividad, puede llegar a los 42 decibelios, un valor que cumple los parámetros legales. En cuanto a las emisiones, Patricia Zapico asevera que la planta tan sólo produce "vapor de agua y dióxido de carbono", en unas cantidades menores a las que lo hace la actual caldera de gas natural. "Las partículas que se generen serán mínimas porque se instalará un ciclón que las atrapará", explica.

Ignacio García Palacios, alcalde de Navia, defiende el proyecto, al entender que se trata de fomentar "energías renovables y limpias" siendo, además, una iniciativa "pionera en investigación, innovador e interesante", y que posicionará a Navia como referente en este tipo de energías. "Los ciudadanos están en su derecho de conocer el proyecto, se les ha enviado una carta a todos los que están en un radio de cien metros de distancia, y tienen todas las facilidades para consultarlo en el Ayuntamiento", subraya.

Algunos de los vecinos presentes en la reunión, por momentos tensa, no se mostraron de acuerdo con estas consideraciones, tachando de "oscurantismo" el proceso por parte del gobierno local. "No tenemos información de ningún tipo. No se ha informado a los vecinos más cercanos. Nos molesta, además, que, siendo Navia uno de los municipios asturianos con peor calidad medioambiental, se instalen nuevas plantas que generan humos y residuos", aseguraba Javier Serantes, presidente de la Asociación de Vecinos de Las Veigas, antes de dar comienzo la reunión.

Buena parte de los vecinos afectados dejaron patente su preocupación tanto por el posible ruido y las emisiones como por los efectos negativos que la actividad de la planta pudiera producir en el entorno, donde se encuentran un instituto, un colegio y las instalaciones deportivas municipales. El último aspecto que destacaron negativamente los vecinos es el carácter "experimental" de la central, ya que será la primera vez que se lleve a la realidad un proyecto de este tipo. "No somos cobayas", clamó uno de los presentes.

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