Las letras del Eo-Navia se sienten, desde el domingo, huérfanas. La pérdida de Manuel García-Galano supone la marcha del referente, del decano, del pionero de toda una generación de lectores y escritores en gallego-asturiano que lo veían casi como a un abuelo, entrañable, sabio, humilde y siempre dispuesto a colaborar. Muy querido en Tapia, el escritor deja una huella imborrable en el corazón de todos aquellos que lo trataron, que destacan su sentido del humor, su vitalidad y su bondad. Tras su muerte, este domingo, Tapia de Casariego ha decretado tres días de luto oficial por Galano, en los que las banderas ondearán a media asta.

Manuel García Sánchez, "el Galano", nació en A Roda (Tapia de Casariego) en 1922. Comenzó su trayectoria literaria escribiendo sainetes y obras de teatro, para después recalar en los relatos. Siempre utilizó su lengua materna, el gallego-asturiano, del que fue un beligerante defensor. En 1991, su obra "Parzamiques" se llevó el I Premio "Xeira" de Narracióis Curtias. Galano era padre del pintor Miguel Galano. El escritor tapiego fue reconocido como académico de honor en 2005 por la Academia da Lingua Asturiana, y ese mismo año Tapia lo nombró hijo predilecto. Falleció en Balbona (Siero).

"Para mí fue una figura fundamental. Era el decano de nuestras letras, la persona que empezó a cultivar el gallego-asturiano en literatura en una época en la que casi nadie lo estaba haciendo. Era el referente, podría ser casi el abuelo de todos nosotros, los que nos estamos moviendo en la defensa del gallego-asturiano", asegura Xosé Miguel Suárez, filólogo y escritor tapiego. Destaca la vitalidad de Galano: "Tenía ganas de trabajar, de hacer cosas y de colaborar desinteresadamente en todo lo que fuera el tema de recuperar el gallego-asturiano. Hizo de todo", apunta, recordando sus colaboraciones con revistas e incluso páginas web en fala. "Era una gran persona, siempre tenía anécdotas que contar. Marca el final de una etapa. Ahora nos sentimos huérfanos", dice Suárez.