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El agua baja revuelta en Luarca

"Así no podemos seguir", advierten empresarios y vecinos tras la última avería en la red, obsoleta Muchos optan por depósitos alternativos

Uno de los depósitos de la traída, en Villar. A. M. SERRANO

Rafael González tiene un hotel y una cafetería en Villar (Valdés) y al menos dos veces al año se enfrenta a sus clientes con un mensaje: "No hay agua" o "no hay agua potable". "Se extrañan mucho, pero esto es lo que tenemos", lamenta este hostelero. Cuando puso en marcha su negocio hizo un depósito alternativo con el objetivo de "pasar lo mejor posible por estas situaciones". Todos los años tienen que activar esta vía alternativa al menos una vez para ofrecer a sus clientes un recurso que es básico: agua.

El pasado fin de semana la rotura de una tubería en la red de abastecimiento de agua de Luarca y su entorno dejó a 6.000 vecinos sin agua potable. Rafael González puso en marcha la maquinaria alternativa con todo lo que ello conlleva. "Tienes que invertir más tiempo y más dinero porque la conducción de un recurso público está como está", señala. Además, su depósito de 5.000 litros no es la panacea. En plena temporada alta y en verano, "no da para mucho". Otros hosteleros valdesanos pasan por la misma situación cuando hay cortes de agua o restricciones en el consumo, algo y habitual en Luarca.

Evelio Sánchez es el presidente de la asociación de turismo Luarca-Valdés. Además, dirige un restaurante en Villuir. "Así no podemos seguir. ¿Alguien conoce alguna capital de concejo con estas carencias?", se pregunta.

Las restricciones del pasado fin de semana (no fue recomendable consumir agua directamente del grifo durante casi un día) no le afectaron directamente, pero sí lo ha sufrido en general en últimos años. "Sin agua o sin agua potable, en un restaurante se complica todo. Tienes que cocinar con agua embotellada y si hay cortes en la red general, ahí tienes los platos para lavar cuando se pueda".

El camping de Luarca tiene su depósito propio. Es una forma de evitar estos contratiempos, como dice su propietario, Humberto Wagenaar, y de disponer de un servicio garantizado y al margen de la red general. Con este suministro propio se garantiza un recurso básico para el alimento y el aseo. "Por suerte, no tengo mucho que decir en estas situaciones porque aquí somos nosotros los que controlamos lo que se gasta y la salubridad del agua. Antes no había ni presión", señala. Otros empresas que se dedican al sector alimentario tienen la misma apuesta: depósitos alternativos. "Y no es la solución", insiste el presidente de la asociación de turismo, quien también destaca la "mala imagen" que da Luarca.

La Federación que agrupa a los empresarios de Valdés también se ha pronunciado sobre esta situación. La directiva cree que hay "un problema" y que este problema "es grave ". "Siempre pagan los de siempre, los negocios privados, los empresarios", señalan. "Llevamos años esperando por una obra que acabe con los cortes", añaden.

Los vecinos de Luarca también muestran su incredulidad ante los cortes de suministro de agua. "En estos casos, recurrimos al agua embotellada", señala Esther Rubio, quien el pasado sábado se enteró por un familiar de que el agua no era potable. "Para entonces, yo creo que ya había cocinado", añade. A Orlando Pérez, otro vecino de Luarca, también le parece preocupante que "año tras año tengamos el mismo problema". "Es algo cíclico. Los luarqueses sabemos que, si hay riada, igual no nos podemos duchar a las siete y media de la mañana. Es triste", señala.

La falta de información sobre el estado del agua es otra de las críticas de parte del vecindario y de los empresarios de Valdés. El pasado viernes, el Alcalde ordenó colgar bandos informativos advirtiendo de la falta de potabilidad del agua, pero no se llamó directamente a las empresas que necesitan agua dulce para sus elaboraciones ni, como ocurrió en otras ocasiones, se recurrió al coche de la policía local para advertir a través de un altavoz de la falta de salubridad del agua.

La empresa concesionaria, Aqualia, trabajó durante más de un día seguido para localizar primero y reparar después la avería. La empresa hizo un informe hace tres años en el que advertían de las importantes carencias de una traída de agua que tiene más de 40 años. El estado de esta red ha generado amplios debates políticos locales. También quejas y propuestas. Pese a todo, la nueva traída no estará activa, si se cumplen los pronósticos, hasta finales de 2017. El concejal de Obras, Ricardo García, cree que la red resistió bien las lluvias y la riada de la pasada semana. "Teniendo en cuenta lo que llovió, las roturas fueron pocas", dijo.

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