Laureles para frenar a las plantas invasoras. Es la idea del servicio de Especies Protegidas y Biodiversidad para atajar, en este caso, la progresión de la "Senecio angulatus" en la playa de Penarronda, compartida entre Tapia y Castropol y catalogada como Monumento Natural. La de ayer es la tercera intervención que el Principado acomete este año en esta playa con el fin de mantener a raya a las plantas alóctonas.

En mayo se realizó una campaña de retirada de invasoras y el pasado octubre se contrató a una empresa externa para realizar una limpieza más en profundidad de algunas áreas conflictivas, como la que linda con el camping y en la que ayer volvió a actuar un equipo de profesionales del servicio de Especies Protegidas junto a agentes de la Guardería del Medio Natural. Se concentraron en retirar cualquier presencia de "Senecio angulatus" y en la plantación de 255 laureles. "Es una planta perenne y da sombra, lo que ayuda a matar a la invasora", precisa el biólogo Víctor Manuel Vázquez. El objetivo general es evitar el avance de las invasoras hacia la duna, lo que, añade, "es una lucha permanente".

La jefa de servicio, Teresa Corominas, apunta además que en la ladera oeste de la playa tienen problemas con la vinca. Como es un lugar de difícil acceso están ensayando fórmulas de erradicación: han tapado con una lona un fragmento de terreno para ver si, al eliminar el sol, la planta desaparece. Corominas destaca también el buen estado del alhelí de mar, pues Penarronda alberga la única población de Asturias de esta especie en peligro de extinción.