Sólo él era capaz de recrear, con su verso ligero, certero e ingenioso, un partido de fútbol en Llaviada, una jornada de frenética feria en Boal o una velada de Nochebuena en familia. La pluma del poeta, escultor, pintor y, para ganarse la vida, talabartero boalés Benjamín López (1918-1964) se fue pronto, a los 46 años de edad, pero dejó en Boal un legado imborrable, que a partir del día de ayer se traduce en una calle y un busto de bronce en su honor. Un centenar de personas se sumó al homenaje que todo un pueblo le brindó a uno de sus hombres más polifacéticos y brillantes de todo el siglo XX.

La propuesta de dar el nombre de López a una calle en la villa partió del movimiento asociativo y vecinal, y se decidió que fuese la que conecta la casa en la que vivió con la residencia de mayores. La familia, agradecida, y el Pleno de Boal, ante la grandeza de la figura del poeta, dieron el visto bueno a una operación que se culminó en una tarde soleada con el descubrimiento de un busto del talabartero salido del taller del escultor Amado González Hevia, "Favila".

Escolares del Carlos Bousoño y vecinos del concejo abrieron los actos recitando algunos de los poemas de Benjamín López, que escribía en castellano y fala. Más tarde llegaron las intervenciones, en las que no faltaron palabras de halago para el genio boalés.

"Además de ser un lector empedernido, era una persona muy extrovertida, comunicativa, y que expresaba de forma sencilla las costumbres y quehaceres de sus conciudadanos, que acudían a su taller de guardicionero a comprar o reparar sus arreos", apuntó su hijo Juan, acompañado en todo momento por sus hermanos Carlos, Benjamín y Teresa. "Nuestro padre fue un enamorado de su pueblo y de sus gentes", subrayó.

Ese mismo pueblo lo reconoce como "una buena persona" y un "gran artista", un "hombre lleno de curiosidad, muy observador e inteligente y de una gran sensibilidad", en palabras de la representante vecinal Gloria López. "Fue un artista con mayúsculas, y su capacidad y su sensibilidad quedó sobradamente reflejada en múltiples facetas", remarcó el alcalde, José Antonio Barrientos.

"Con su obra ha hecho que apreciemos lo nuestro, que nos sintamos pegados a la tierra y orgullosos de vivir con nuestros vecinos y de nuestras costumbres; orgullosos de nuestra patria", remató el escritor Xuan Xosé Sánchez Vicente, buen conocedor de su obra.