Más allá de su mirada a través del objetivo y de las redes sociales, Jorge Méndez, "Virgui", quiso "quitarse la careta" y contar su historia personal, ligada a la del pueblo de Navia, durante el pregón con el que dieron comienzo las fiestas de Nuestra Señora de La Barca y San Roque. Se identificó como "Jorgín de la Mingalana", una persona al que la vida le regaló "el privilegio de vivir en la calle intramuros más antigua de Navia" y convertirlo así en "un naviego de pura sangre". Agradeció a todo pueblo de Navia "por hacer de esta villa un lugar fantástico para vivir".

Méndez dejó volar sus recuerdos, evocadores de una infancia feliz a pesar de las estrecheces, y rememoró el ambiente de aquella "vieja Navia, donde las calles olían a tortilla en verano y a cocina de leña en invierno".

El pregonero siguió el relato deteniéndose en el desarrollo industrial de Navia, la explosión del ocio en los años ochenta, su paso por el fútbol militando en las filas del club local, o su trayectoria laboral, vinculada a Carpintería Benito primero y a la papelera Ence en la actualidad.

Virgui no desaprovechó la ocasión para poner el acento en el deterioro que sufre la Poza: "Estamos siendo testigos de cómo se acaba uno de los parajes más impresionantes de esta espectacular Asturias. No tengo muy claro si se muere o nos la están matando". También lamentó que no se dé uso al complejo educativo del Manuel Suárez.