En Salas, la devoción por la Virgen del Viso se tiene desde la gestación materna. Manuel Feito y Martín Albuerne disfrutaron de su primera fiesta en persona, aunque ya el año pasado habían acudido en las barrigas de sus madres, Carla Cano y Carmen Pérez, retratadas en un reportaje por LA NUEVA ESPAÑA. Ayer, volvieron al santuario del Viso caminando, aunque con ayuda de los mayores, convertidos en unos "comediantes", destacaron las orgullosas madres.

Y es que la devoción por Nuestra Señora del Viso, patrona del concejo, es muy fuerte en Salas. Fue una pena la lluvia matinal, que restó romeros respecto a años anteriores. De hecho, en un principio no se iba a celebrar la tradicional procesión con la imagen de la santina, pero el cielo se abrió al término de la misa y la talla hizo el recorrido habitual a hombros de los devotos.

Posteriormente, en el robledal de Folguerúa, tuvo lugar la tradicional jira campestre, donde las familias compartieron las suculentas meriendas en las que no faltaron empanadas, bollos, tortillas y, de postre, los famosos carajitos de Salas. Más tarde, las charangas "Picante" y "Paentamala" y la banda de gaitas "Aires de Valdés" tenían la misión conjunta de animar la folixa hasta bien entrada la madrugada. Los grupos musicales también fueron los encargados de acompañar la bajada de los romeros hasta Salas.