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"La supuesta paternidad no oscurece la figura de don Cándido", dicen en Tineo

El colectivo vaqueiro reconoce póstumamente el legado del sacerdote, cuyos restos mortales serán exhumados para una prueba genética

Alan Cerdas, con la placa que se entregó a la iglesia de Tineo. G. G.

"Siempre fue una persona extraordinaria, un cura fantástico. Lo que hubiera hecho en su vida privada no nos importa, ahí no nos metemos". Así reaccionan los feligreses de Tineo cuando se les pregunta sobre la demanda de paternidad que llevará a exhumar los restos de Cándido García Tomás, el que fuera sacerdote en este municipio durante más de cuatro décadas, este mes de septiembre. El trabajo desarrollado por el religioso en esta tierra pesa mucho más que la posibilidad de que haya dejado descendencia directa, algo que determinarán las pruebas a realizar. "Eso no emborrona todo lo que nos ayudó", aseguran los vecinos.

Ayer, la figura de Don Cándido, como se le conocía en el municipio, fue distinguida por el colectivo que más apoyó y defendió en su labor parroquial: los vaqueiros. En la Fiesta de la Trashumancia, celebrada en la Casa del Puerto, la organización quiso reconocer con un sencillo homenaje su colaboración y comprensión: durante décadas participó en esta celebración, donde dijo misa de forma desinteresada, además de ser el cura que pidió perdón públicamente a los vaqueiros por la discriminación sufrida durante siglos.

"También queremos reconocer en este homenaje póstumo lo mucho que ayudó al desarrollo rural de estas brañas y pueblos", destacó Juan García Gayo, impulsor de la cita. "A mí el tema de la posible paternidad no me afecta para nada. Ni entro en si tiene hijos o no. Lo mejor es que tuviera veinte hijos que fueran como él", ironizó García Gayo, que reconoció que de este asunto "no se sabía nada", y que todo el mundo se ha enterado a través de las noticias en prensa.

García Gayo recordó una anécdota que da cuenta del carácter de don Cándido: un amigo se encontraba hospitalizado y el sacerdote se ofreció a cuidarle y atenderle el ganado mientras no llegase su recuperación. Muchos en Tineo pueden relatar historias de atención y cariño como ésta. "Ayudó a muchos feligreses", aseguró una vecina.

"La Fiesta de la Trashumancia, a Cándido García Tomás, en memoria de su buena labor pastoral y como reconocimiento a su gesto de solicitar el perdón a los vaqueiros", reza la placa que ayer fue entregada a la iglesia de Tineo. La recogió, en nombre de la institución, Alan Cerdas, diácono adscrito a la parroquia tinetense. "En estos gestos se ve el amor y el cariño que la gente le tenía a don Cándido, su dedicación a todo el mundo", apuntó el diácono, que destacó que "sea cual sea el resultado de la prueba, no oscurecerá su figura y su solidaridad con los vecinos de Tineo".

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