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La historia del ciclismo en 4.000 bidones

"Soy coleccionista de a pie de cuneta", señala el tinetense que tiene en su casa una extensa muestra de objetos relacionados con la bicicleta

Emilio García Velasco, con dos bidones de su colección. D. ÁLVAREZ

Más de 4.000 bidones de ciclistas atesora en su casa el tinetense Emilio García Velasco. A ellos se suman casi medio centenar de maillots, gorras, cintas e incluso revistas. Apasionado desde niño del ciclismo, presume de una colección que asegura es única en España, incluso en Europa.

Entre sus objetos más preciados están los bidones de los equipos españoles de la década de los ochenta, así como reliquias como el bidón que utilizó el primer equipo de ciclismo profesional español, el Karpy, y otros que datan hasta de 1960.

Su afición comenzó siendo un niño, con tan solo 10 años. Acudía con su padre a ver las vueltas ciclistas y allí mismo recogía los bidones que los corredores iban lanzando a las cunetas. "Soy coleccionista de a pie de cuneta, era capaz de ir de Tineo a La Florida caminando por la cuneta, ida y vuelta, para recoger todos los bidones", explica Emilio García, que a mediados de los noventa se apartó un poco de su afición, que retomó hace unos años.

Fue entonces cuando decidió adquirir algunos de los bidones que le faltaban para completar su colección de los años 80 y conseguir, además, envases de años anteriores.

Le fascinan los recipientes antiguos por ser en su interior de cristal, algo que también le produce algún disgusto, puesto que se rompen con facilidad, incluso las boquillas de entonces llaman su atención.

Recuerda con cariño que el primer bidón que cogió fue en la Vuelta de los Valles Mineros de 1983 y que se la dio en meta el ciclista alemán Reimund Dietzen; "a partir de ahí fui haciéndome con más bidones hasta conseguir una colección impresionante", enfatiza. En ella no solo hay representación de las competiciones españolas, sino que también tiene del Tour de Francia y del Giro de Italia.

Su colección, además de satisfacción personal, le hace vivir curiosas anécdotas. Entre ellas, relata que un exciclista del equipo Hueso le ha insistido en numerosas ocasiones para comprarle el bidón que tiene del equipo, siempre sin éxito. "Con la de bidones que habrá tirado él en su carrera", subraya.

Aunque la parte dedicada a los maillots no es muy extensa, les guarda también un gran cariño. Destaca de todos ellos el que llevó el ciclista suizo Tony Rominger cuando ganó la Vuelta a España de 1993.

Ahora tiene la expectativa de poder crear una exposición temporal con todo su material en Tineo para que el que se acerque a visitarla pueda revivir la historia del ciclismo en España. Su objetivo es que para este próximo verano pueda encontrar un local donde mostrar todos los objetos que componen su amplia colección.

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