Las instalaciones cercanas al faro de Cudillero podrán explotarse turísticamente y convertirse, finalmente, en un hotel. El Gobierno central anunció ayer que levanta la prohibición que hasta la fecha impedía dedicar a alojamiento turístico esta vivienda y entorno, ubicados a menos de 100 metros de primera línea de costa.

De este modo, la Autoridad Portuaria de Avilés, que es la podrá continuar con la tramitación para que una empresa o particular explote 800 metros cuadrados (142 metros cuadrados los ocupa la edificación) en primera línea de costa del concejo de Cudillero.

El plazo de gestión se ofrecerá por 35 años, que podrán ser prorrogables. La inversión mínima se establece en 300.000 euros, según anunció ayer el Ministerio de Fomento.

En Cudillero, este anuncio ha caído bien. El Gobierno lo ve como una oportunidad, al igual de los hosteleros del concejo. En 2015 se conoció el proyecto de una empresa alemana para abrir un hotel en estas mismas instalaciones. Entonces solicitó el permiso para ocupar los terrenos.

El faro de Cudillero se inauguró el 1 de agosto de 1858. Es un edificio de cinco metros de altura y una torre adosada de planta octogonal. Se encuentra entre los elegidos por el Ministerio de Fomento para impulsar el desarrollo de otros usos, especialmente los turísticos, que nada tienen que ver con la navegabilidad. De esta forma se da una segunda vida a instalaciones que se encuentran en un lugar privilegiado de la costa y hoy en día están vacías.

En la costa del Noroccidente podría correr similar suerte el faro de Luarca, que funciona ya a través de un sistema automatizado.

El Gobierno de España copia la política llevada a cabo por otros países europeos, que han aprovechado la falta de uso de estas instalaciones para abrir el uso a otras actividades. Antaño en muchas de ellas vivía el farero, un oficio que cayó en el olvido con la llegada de sistemas que permitieron controlar las señales lumínicas y acústicas desde mayor distancia.