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Carmen García: "Me hace ilusión que mi nieta, mi ojo derecho, siga con el negocio"

La asociación de campings premia a la fundadora de El Carbayín, que abrió hace treinta y seis años en Serantes

García junto a su nieta Macarena Olivares durante la recogida del premio en el acto celebrado en Covadonga.

Cuenta Carmen García que fue su marido, Marcelino Freije, quien hace treinta y seis años tuvo la idea de montar un camping, el primero del concejo de Tapia y actualmente el único en funcionamiento. El matrimonio se volcó con el proyecto y triunfó, pues a los dos días de abrir ya pudieron colgar el cartel de completo. Ahora, Carmen, que enviudó hace dieciséis años, ha sido premiada por la Asociación de Campings de Asturias por su intachable trayectoria al frente del camping El Carbayín, ubicado en Serantes.

García nació en La Habana en 1928, y en 1936, en plena Guerra Civil, llegó a España con su familia. Se instalaron en Serantes, donde esta mujer, que en mayo hará 90 años, echó raíces y fundó un negocio al que ha dedicado las últimas tres décadas de vida. "Mi marido fue el promotor del camping. Le gustaba mucho pescar y cuando iba le llamaban mucho la atención las tiendas de campaña que había por la zona de costa. Hablaba con los campistas, que eran sobre todo extranjeros, y ahí le surgió la idea", relata.

El Carbayín -que toma el nombre de un camino, hoy desaparecido, que unía las localidades de La Penela y Villamil- abrió sus puertas el 1 de agosto de 1982 y "el 3 ya no había sitio", recuerda la fundadora. Aunque la gerente del camping es su hija, María del Mar Freije, su nieta, Macarena Olivares, ha cogido las riendas del negocio, algo que le gusta especialmente: "Me parece fenomenal, es mi ojo derecho y me hace mucha ilusión que pueda continuar con ello. Yo sé que el camping va a ir hacia delante y va a crecer porque tenemos empeño. La verdad es que mi ilusión es que perdure".

Cuenta su nieta que aunque el matrimonio fundador trabajó desde el principio codo con codo por sacar adelante el negocio, fue su abuela la que más cuidó siempre los pequeños detalles, como la limpieza. Precisamente eso es algo que valoran especialmente los clientes de este establecimiento de 63 plazas. Pese a su edad, Carmen sigue colaborando en lo que puede porque si algo le sobra es vitalidad. "Plancha la ropa de los bungalós, se ocupa de cuidar las plantas, pues es su afición, y hasta el año pasado hacía ella la limpieza de los baños", apunta su hija.

Junto a la limpieza, algo que enorgullece especialmente a la fundadora, es el trato familiar que fomentan en el camping y que tanto gusta a los campistas. "Tenemos clientes desde hace 27 años que nos dicen que no van a ningún otro camping", apunta García, que disfruta con el trato con la gente y se siente muy querida por todos. Tanto ella como su hija y su nieta reconocen que la clave del éxito del negocio es el buen trato y también su apuesta por la innovación, ya que cada dos años hacen alguna obra de mejora. La última fue la construcción de un merendero cubierto.

En la gala de la Asociación de Campings de Asturias, Carmen se emocionó con todas las muestras de cariño que recibió y disfrutó con el regreso a Covadonga, pues no la había vuelto a pisar desde su primera visita, en 1958.

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