La llegada de cientos de trabajadores a Navia para participar en la parada anual de la planta de Ence supone un empujón muy importante para la economía local. De una u otra forma, la mayor parte de los negocios ven incrementada su actividad durante estas semanas: principalmente hostelería y alojamientos, pero también comercios, supermercados y agencias inmobiliarias. La parada supone, por tanto, "una inyección" para la economía local, que hace "mucho más llevadera la espera hasta la llegada de la temporada estival", tal y como reconocen los propios empresarios del municipio.
En esta parada participan un total de 1.650 trabajadores, de 120 empresas diferentes. Aunque Ence ha cumplido con el compromiso de crear empleo en el entorno cercano, se hace imprescindible la llegada a Navia de mano de obra procedente de otros puntos de España, y también de otros países. Así, estos días residen en la villa trabajadores llegados desde Portugal, Brasil, Holanda, Austria, Suecia o Noruega. Todos ellos, además de desempeñar su función dentro de la fábrica de celulosa, comen y duermen en Navia, y disfrutan en la zona de sus horas de ocio. Todo ello tiene repercusión directa en los negocios locales.
Severo Rodríguez regenta un restaurante a los pies de la muralla medieval de la villa, a donde acuden a comer y cenar a diario decenas de trabajadores de la parada. "Estos días tenemos el comedor siempre lleno, tanto a mediodía como por la noche", expone. A su entender, este empujón es "un aporte importantísimo para el pueblo", en unas fechas en que "la capacidad hotelera está a tope. Está claro que la parada aporta mucho más que el día a día".
De la misma opinión es Iván López, al frente de un restaurante en la zona de la dársena del muelle. "Es una inyección económica muy importante, ya que aporta una actividad que viene muy bien después de Semana Santa, y permite hacer más llevadera la espera por la campaña del verano", dice. En su caso, aumenta el número de menús que reparte, y también suben los comensales a la carta. "Es un respiro: supone trabajar más tranquilos y tener más margen", reconoce.
Las cafeterías y bares de la zona también notan el tirón, y sienten la parada como "agua de mayo". "Repartimos más cañas y más cafés que de costumbre. Se nota, sobre todo en las horas en las que ellos salen de trabajar y pueden descansar un poco", dice el hostelero José Manuel Fernández, que señala, eso sí, que estas últimas épocas nada tienen que ver con lo que sucedía hace una década, cuando "la mayor parte de los trabajadores eran del País Vasco, y daban más ambiente y vida" durante los días que pasaban en Navia.
Los hoteles son los otros grandes beneficiados del parón por mantenimiento de la fábrica pastera. Cristina Navia, responsable de uno de los hoteles de referencia en la zona, explica que su establecimiento "está prácticamente lleno", en estas semanas, aunque las confirmaciones de entrada a última hora precisan de labores de gestión. Lo ratifica Javier Blanco, representante del colectivo "Destino Navia": "Como las empresas no saben en qué momento empiezan a trabajar, nos estamos encontrando con reservas de última hora; no sabemos si estaremos completos o no", explica, aunque, eso sí, subraya la importancia de la llegada de trabajadores para el gremio: "Son unos días en que todo funciona bien, se nota mucho que están por aquí", asevera.
Los hoteles no son los únicos lugares que los trabajadores de las empresas contratadas eligen para pasar estas semanas en Navia. Los pisos de alquiler son otra de las alternativas. Y si a la poca oferta existente se le une una fuerte demanda, eso lleva a que apenas hay pisos disponibles para estas fechas. Lo confirma Rosa Suárez, agente inmobiliaria: "Es una parada corta, de unos quince días, pero hay gente que se queda hasta un mes. Y sí, se nota mucho, no hay nada libre", subraya. Además, ya está recibiendo peticiones de empleados que participarán en la próxima ampliación de la parada, prevista para los próximos meses: "Hay mucha gente interesada".
