El artista coreano Kihong Chung (1976) ha resultado ganador del premio “Villa Pastur” de la XVII Bienal “La gastronomía y la pintura”. La cita, organizada desde 1987 por el restaurante valdesano Casa Consuelo, es uno de los certámenes de pintura más veteranos y reconocidos del Principado. La pandemia ha restado participación a esta edición, pero, aún así, se han recibido casi ochenta cuadros.
“El ganador del cuarto premio Villa Pastur fue elegido por abrumadora mayoría y el cuadro pasa a formar parte de la colección pictórica de Casa Consuelo, que lo adquiere por 3.000 euros”, señaló el director del certamen, Orlando Pérez. Se muestra satisfecho de la participación en esta cita marcada por el covid-19, pues obligó, hasta en dos ocasiones, a posponer la reunión del jurado. “Hemos estado lejos de nuestro récord, ya que ha habido años de más de 200 cuadros, pero lograr casi 80 es razonable en esta situación”, precisa.
El jurado, presidido desde la primera edición por el periodista y escritor Evaristo Arce, hizo una preselección de 23 obras, que serán las que se expondrán próximamente en los municipios de Valdés y Navia. Arce destacó la calidad de los trabajos seleccionados, “de mucho nivel y muy diversos en contenidos y estilos”, e hizo hincapié en la brillantez del ganador, al que definió como “un prodigio en técnica y capacidad expresiva”.
Kihong Chung, que lleva más de una década afincado en España, resultó a finales del año pasado vencedor en otra cita clásica asturiana: el XXIII Certamen Nacional de Pintura, del Ayuntamiento de Villaviciosa.
La “calidad” del jurado
El director del certamen valdesano destacó la “calidad del jurado”, que “no está integrado por galeristas, sino por críticos de arte”. En esta edición participaron, además de Evaristo Arce, el crítico de arte de LA NUEVA ESPAÑA, Luis Feás, Manolo Linares, Ramón Rodríguez, Ricardo Mojardín y Laura Gutiérrez.
Orlando Pérez tuvo un recuerdo para el periodista Rubén Suárez, durante años crítico de arte de este periódico y fallecido el pasado verano a los 84 años. Era habitual en los jurados de la Bienal valdesana y por eso está previsto dedicarle la próxima edición.
El director de la Bienal explicó también que, junto a la obra del coreano Kihong Chung, pasaron a la selección final los trabajos de Vicente Pastor, Daniela Zanfoni, Esther Cuesta y Guillermo Sedano. Algunos de ellos fueron adquiridos por las entidades colaboradoras del certamen (Caja Rural, Astilleros Armón, los Ayuntamientos de Navia y Valdés y la cetárea Sport).
A juicio de Luis Feás lo más difícil este año no fue la selección de las obras, sino lograr reunir al jurado con las restricciones que marca la pandemia. En este sentido, destaca la “paciencia” de los artistas, que han tenido que esperar casi un año a conocer el fallo.
“Aunque se han presentado menos obras que otros años, realmente han sido bastantes. En la selección que hemos hecho de 23 cuadros, hay obra buena”, añade Feás, quien reivindica el papel de estos certámenes y del arte en general en estos tiempos complejos de pandemia. Considera que citas como la valdesana son “una ayuda para los artistas, pero también para la ciudadanía en general, porque el disfrute del arte siempre es individual y creo que en estos tiempos de soledad es perfecto”. Y añade: “No me imagino lugares menos peligrosos que un museo o un centro de arte, que se disfrutan en pequeñas dosis y sin grandes tumultos. El arte, al fin y al cabo, reconcilia con el mundo y la belleza, en una situación tan complicada como la que vivimos, te permite sobrellevar el día”.
No faltó en el encuentro el anfitrión de la cita y responsable de Casa Consuelo, Álvaro García, quien se mostró dispuesto a que la Bienal siga adelante pese a los obstáculos de la pandemia: “Nosotros estamos volcados y peleando por ella al cien por cien. Funciona desde 1987 y sería un desastre ahora que está bien de salud que la estropeara la pandemia”.
