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La esquina

Las frases y la gestión

La organización de la feria taurina no tiene que ver con errores verbales

La tradicional polémica de la Semana Grande de Gijón parecía tardar, pero, por fin, ha aparecido. El jueves, que es un día tan apropiado como cualquier otro para que la controversia haya saltado. Unas declaraciones de Carlos Zúñiga, hijo, de la empresa que gestiona la plaza de toros de El Bibio han encendido la mecha. Unas declaraciones poco felices porque la defensa de la fiesta de los toros no ha de pasar ni por absurdas acusaciones de maltrato animal al honrado gremio de los carniceros ni por mezclar fabas con garbanzos alrededor de las fiestas del Orgullo Gay.

Después de la excelsa faena de Morante de La Puebla al primer toro de la corrida del miércoles parecía que el planeta de los toros se había detenido para gozar de aquella belleza. Pero no. Los taurinos están reaccionando a los ataques que recibe la fiesta. Gijón se ha colocado en medio de la polémica. Morante brindó el toro de la excelencia a Sebastián Castella, autor de una sonada carta abierta en la que pedía a las gentes del toro que "salgan del armario" y se defiendan. En ese contexto hay que incluir la salida a la palestra del joven Zúñiga.

Puede que haya sido peor el remedio que la enfermedad porque hay callos que actualmente no se pueden pisar. El empresario ha logrado, sin duda, incrementar el número de asistentes a la protesta antitaurina de cada día de Begoña a las puertas de la plaza de toros de El Bibio.

Claro que mezclar unas manifestaciones inadecuadas con la gestión de la plaza de toros de Gijón es un error aún más grande. La actual empresa ha recuperado, y de qué manera, la feria gijonesa y no puede ser vetada en el próximo concurso por un error verbal de uno de sus miembros, que pudo defender los toros sin meter por medio desfiles de colectivos o la elaboración de filetes. Los terrenos han de estar delimitados, aunque haya algunos empeñados en mezclarlos. La gestión por un lado y las frases, por otro.

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