Se han vuelto a remover las aguas de las remuneraciones de los concejales, ese capítulo que se cierra con extrema puntualidad al comienzo de cada mandato municipal, pero siempre en falso. Es decir, que salvo por lo que los ediles lleven en sus mentes conservadoras, o por la inercia, o por el temor a ser diáfanos, las cantidades acordadas siempre son inexplicadas o se defienden con la peregrina idea de que alcalde o alcaldesa deben cobra un céntimo más que el funcionario de mayor rango, esto es, el secretario letrado del Ayuntamiento. Puesto ese techo, luego se calcula la soldada de los concejales. Lo de "un céntimo más que el secretario" es de una puerilidad espantosa, ya que se justifica diciendo que es lógico que el alcalde o alcaldesa cobren algo más que dicho funcionario. Pero según esta necedad, por su sueldo, el secretario mandaría sobre todos los ediles, que cobran menos que él. Total, que a excepción de Xixón sin Puede, que trató de poner un poco de orden, los munícipes se han guiado como una corderada buscando el pienso acostumbrado. Decimos que ahora se ha agitado la piscina porque el PSOE denuncia que los mandatarios de Foro cobraron su sueldo y, además, los emolumentos de las empresas municipales. El PSOE sabe mucho de la duplicidad de ingresos, pues sólo hay que evocar el calvario por el que pasó Santiago Martínez Argüelles al recibir al mismo tiempo dineros del Ayuntamiento y de Liberbank. Pero viniendo a lo presente, el sistema remunerador es tan estúpido que un concejal en la oposición, que no firmará ni un sólo expediente, ni tomará decisión responsable alguna, puede cobrar más que un edil con responsabilidades en las Consistoriales o en dichas empresas. La oposición es tan dura que los concejales de esa parte pueden hacer honor al adagio latino de "bene vixit qui bene latuit", a saber, "bien vivió quien bien se ocultó", o cómo ser un cero a la izquierda y ganar una pasta por ello.
