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Demonios

Las referencias fideístas se borran sobre todo en una sociedad con pasado hiperreligioso y presente ateo.

Por eso no sobran algunas reflexiones a cuenta de estos días que aún no han pasado.

1) El domingo fue la festividad de Todos los Santos. Bueno, por razones administrativas se trasladó al lunes, pero eso es lo de menos. ¿Qué santos? Los que se han muerto y moran en el cielo. Como la mayoría no están canonizados, se los venera en conjunto durante una jornada especial.

2) Ayer, día 2 de noviembre, fue el día de los Difuntos. ¿Qué difuntos? Los fallecidos que están aún en el Purgatorio. Se reza por ellos para que pasen pronto al cielo. Lo lógico es visitar los cementerios el día 2, pero como la fiesta es el 1 -salvo este año- se traspone o mezcla.

3) ¿Y el resto? Los fallecidos que no están ni en el Purgatorio ni en el Cielo están... en el Infierno. Hoy es el día, pues, de los Demonios. No se celebra, claro, pero si después de A va B, tras B le corresponde el turno a C.

La teología posconciliar sostiene que quizá no haya nadie en el infierno.

Discrepo. Sin necesidad de cargar las tintas ya me dirán dónde ponemos a esos del putiferio. Y es que ese lance no pasa de punta del iceberg: lo que habrá detrás.

Y qué decir de los hiperhipócritas que hasta ayer les hacían reverencias y de golpe se han convertido en sus más severos críticos. ¡Pedro Botero!, ¡duro con ellos!

¿Y Pedro Castro, alcalde de Getafe? Dijo aquello de "¿por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?" y ahora aparece en la "Gürtel". ¡Atiza, atiza!

Y, en fin, ¿dónde colocamos ese monseñor pillado robando documentos en el Vaticano?

Hoy es el día para un infinito antisantoral.

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