No sé qué pensaran ustedes, pero Asturias lleva una semana muy convulsa. Por un lado, la segura coalición entre el Partido Popular y Foro. Por otro, las corruptelas de algunos populares en la trama del agua.
Vayamos por partes. En relación a la coalición, y por muchas reuniones que se hagan, el tema está decidido. Llevo diciendo desde mayo que Álvarez-Cascos se iría a Madrid. Después de las últimas elecciones, el proyecto de Foro está extinto. Nunca un partido político ganó en tan poco espacio de tiempo (cuatro meses), como nunca un partido político perdió el 78% de su electorado en cuatro años. Por consiguiente, la única manera que tenía Francisco de recalar en Madrid era unirse al PP, pues con Foro no sería capaz de sacar un escaño. Pero miren por dónde el campo de los populares estaba abonado. Con una Presidenta que no termina de convencer, un Gijón que está desaparecido en combate, el bastión de Oviedo perdido y un Avilés secuestrado por Aréstegui desde hace veintidós años, las expectativas no eran muy favorables. Por lo tanto, bueno para los dos; el PP dentro de la coalición se salva y Álvarez-Cascos aterriza en Madrid. Al mismo tiempo Mercedes Fernández aparece como la unificadora del centro-derecha y consigue un número de escaños nada despreciable ante la igualdad que habrá el 20 de diciembre. Pues estarían en posición de sacar tres Diputados y tres Senadores.
Pero también se apuntaba estos días a que Foro podía incumplir sus estatutos. Y es verdad, como es verdad que los podría incumplir el PP. Veamos:
Partido Popular: El artículo 33 2. De los Estatutos del Partido Popular dice: "La Junta Directiva Nacional tendrá en exclusiva la competencia de aprobar coaliciones con otros partidos". Si consideramos que la última vez que se reunió fue el 7 de abril de este año, y que este tema no solo no se aprobó sino que no se trató, vemos imposible que se puedan cumplir los Estatutos. Luego, lo dicho por Mercedes Fernández de que Mariano Rajoy estaba enterado no es suficiente.
Foro de Ciudadanos: El artículo 22 2. A dice: "El Congreso Nacional ostenta la facultad de ratificar uniones, coaliciones o federaciones con otros partidos". Al no existir Congreso Nacional quien lo sustituye es el Congreso Autonómico. Por lo que solo un Congreso Autonómico puede ratificar este acuerdo. Sé que Foro dice que no es así. Pero se equivoca. El mejor ejemplo es que si quisiera disolver el partido, y de acuerdo con este artículo 22 en su apartado 2 letra C, solo lo podría decidir el Congreso Nacional. Como no existe, la pregunta sería: ¿No se puede disolver aunque lo aprobaran todos los afiliados? Es imposible desde un punto de vista jurídico. Lo aprobaría el Congreso Autonómico. Además, y a mayor abundamiento, así se desprende de la Disposición Adicional Tercera de sus Estatutos.
Si me preguntan mi opinión sobre lo que harán, creo que los incumplirán los dos partidos. Pero tienen que tener cuidado, ya que cualquier militante podría denunciarlos ante un Juzgado. Y si éste tomara medidas cautelares la coalición no podría presentarse a las elecciones.
El otro tema estrella de estos días fue lo denunciado por LA NUEVA ESPAÑA en relación a la trama del agua. Los viajes de Caunedo y Pecharromán y, lo que es mucho más escandaloso, los 108.000 euros gastados ya por Aréstegui de un montante total de 360.000, que en teoría le correspondían. De momento sus justificaciones no nos convencieron, por lo que la primera impresión es que unos se dejaron invitar y el otro iba gastando esos 360.000 euros según los necesitaba. El decir que no hay causa/efecto es tanto como reconocer que se recibió, aunque no le hayan hecho ningún favor a la empresa.
Si grave es lo de Caunedo y Pecharromán, lo de Aréstegui no tiene nombre. Un siniestro personaje que lleva manejando el Partido popular de Avilés desde hace veintidós años con todo tipo de artimañas. Un personaje que, al amparo de Mercedes Fernández, se permite el lujo de nombrar presidenta a su "palmera", Carmen Maniega. Un personaje que después de recibir obras y servicios, según LA NUEVA ESPAÑA, por valor de 108.000 euros, dimite como presidente, pero no como director de Sepides en Asturias. ¿Cómo puede ser posible que el Partido Popular mantenga en un cargo público/político a un señor al que se le acusa de tan grave acto de deshonra? ¿Cómo se puede mantener en un cargo público/político, con una remuneración de 75.000 euros anuales, a una persona acusada por la sociedad de corrupción?
Dentro de unos días se presentará la coalición comandada por Mercedes Fernández y por Francisco Álvarez-Cascos. Pedirán el voto a los asturianos diciendo que es bueno para Asturias y para España. Pero tendrán que tener en cuenta que va a ser muy difícil que los asturianos les den su confianza en tanto no desaparezcan de sus filas personajes como éstos.
Hemos oído hablar de "putiferios y varios", y qué bien viene al caso ese pensamiento del escritor austriaco Karl Kraus cuando dice que "La corrupción es peor que la prostitución. Esta última podría poner en peligro la moral de un individuo, la corrupción pone en peligro la moral de todo un país".
Mire usted, doña Mercedes, muchos pensamos que frecuentemente se es cómplice de un delito de corrupción cuando, pudiendo actuar, se mira para otro lado o se muestra indiferencia. No caiga usted en ese error. Pudo actuar hace tres meses cuando la policía aduanera entró en el domicilio de Aréstegui y no lo hizo. Ahora el tema le explota entre las manos. Va siendo hora que termine usted con la sensación de impunidad que tenemos los asturianos, castigando con dureza las conductas inapropiadas.
La corrupción es un síntoma de ese poder corrosivo que tanto nos perjudica. Un poder mal entendido, que se inclina a destruir la capacidad de juicio del ser humano. Los políticos tienen que ser conscientes de que solo de forma activa se contrarresta la corrupción. No sirve con decir "estudiaré el caso" o "no me temblará el pulso", para paso seguido indicar que se estará a lo que digan los tribunales. Para atajarla hay que tomar decisiones inmediatas, firmes y ejemplarizantes. De lo contrario, la opinión de los ciudadanos es que los políticos no tienen voluntad alguna de acabar con la corrupción. Tienen que dejar de ser los culpables de que Burns Marañón diga que los españoles hemos pasado de ser la fruta madura del 78 a la manzana podrida de hoy.
