La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jetas

Pueblan estos días ya cortos de otoño ejemplares que responden a distintos tipos de jeta, el caradura irreductible. Los hay disfrazados de intelectuales, con artes para embaucar al político de turno y vivir, como ellos mismos reconocen, divirtiéndose mucho en un puesto de representación bien pagado y mejor comido con el único fin de promocionarse a sí mismos. Ejemplos hubo que vuelven a asomar por el territorio con el reblandecer de la crisis. No falta el empresario de éxito, ése al que todos hacen el "rendez-vous" porque se le suponen influencias y posición, un emprendedor que se codea con los más sonoros nombres del mundo de las finanzas, pero tras el que el trigo limpio escasea tanto como abundan las deudas. Y finalmente, está el adulador, experto en hacer la pelota, que tiene mucho que callar, pero sale a defender lo que considera del gusto del poderoso. Haberlos, haylos para todos los gustos.

Compartir el artículo

stats