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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La España cañí y la bolivariana

Si para los toreros tentar vaquillas es entrenamiento, cabe colegir que Fran Rivera se llevó a su hija de cinco meses al trabajo. Y que lo hizo con idéntica suficiencia con que Carolina Bescansa subió a la suya a la atalaya del escaño, a la sillita la reina. ¡Viva la conciliación laboral de las dos Españas!, la cañí y la bolivariana; la que se pone la paternidad por montera y la que confunde la maternidad con el plató de Ana Rosa. Sea por corporativismo o por convicción, los toreros han salido prestos al quite y le han echado un capote a Rivera, acuchillado en el tercio de varas. También salieron en defensa de Bescansa asociaciones de mujeres de la izquierda, que lograron con su apoyo encendido a la dirigente podemista que la polémica quedara en pañales. Se desconoce si el gremio de peluqueros se va a movilizar en auxilio del diputado de las rastas y si los dermatólogos elevarán un busto a Celia Villalobos por su ataque desmedido a los piojos, aunque no a otras especies de parásitos.

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