Las salas de espera suelen tener una mesita con publicaciones para que quien espere no desespere. En las peluquerías y salones de belleza los periódicos y las revistas suelen ser del día o muy recientes. En las de empresa son publicaciones especializadas y de negocios. En las consultas sanitarias la mesita suele tener ejemplares de hemeroteca. Es decir, con fechas "históricas". Esto puede ser aburrido o interesante. Semanas atrás localizamos una encantadora. Contenía una publicidad seductora. Veamos:
La empresa? "tiene muy claros objetivos: erigirse como líder automovilístico mundial en términos medioambientales", rezaba el texto, publicado en el verano de 2013 en una revista mundialmente conocida y valorada por temas de investigación, históricos y ecológicos. ¡Un gol por toda la escuadra! Desde hace meses la honorabilidad de los responsables de departamentos medioambientales de un buen número de compañías (sobre todo una) multinacionales automovilísticas está en entredicho. La presunta manipulación de los datos obtenidos en las pruebas sobre emisiones de gases contaminantes tiene la culpa. Los compradores recibían unos coches con motores que no cumplían lo señalado en los informes elaborados para atraer al cliente. Y sobre todo, al preocupado con la higiene y salubridad ambiental.
Las características del publirreportaje -así se indicaba en el margen de paginación- "Conduciendo hacia el futuro", de dos páginas y con ocho "ecoconsejos para una conducción más sostenible", eran excitantes. Se decía que "la marca brinda a sus clientes la opción de colaborar en la lucha por la necesaria disminución de las emisiones de CO2". ¿Cómo?, se inquiría. Y se respondía: "ofreciendo a los futuros usuarios de sus automóviles un paquete opcional que equivale a la plantación y posterior cuidado de un número determinado de árboles, calculado en función de las emisiones del modelo adquirido. Gracias a esta iniciativa? ya hay más de 387.000 árboles plantados en tres bosques de Albacete, Cantabria y Palencia. Tres bosques que han generado por el momento una compensación de 13 millones de kilos de CO2". Es decir, todo un monumento ecológico. Ni una palabra sobre el NOX y otros efectos perjudiciales. Tan peligrosos deben ser éstos que la Unión Europea amenaza con multas de hasta 30.000 euros por vehículo si no se cumplen sus directivas.
La denuncia de esa presumible falsedad en las mediciones de los aparatos anticontaminantes tuvo en sus inicios tintes de rivalidad industrial y nacionalista ya que el holding delatado arrasaba en el mercado estadounidense. Pero la tenaz floración de pruebas en su contra llevó a la acusada empresa alemana a la provisión de varias decenas de miles de millones de euros para intentar reparar la situación de descrédito, que ha afectado a la credibilidad de la primera potencia europea y su industria. Y quizá a un ámbito aún mayor de dimensiones continentales.
De momento ha profanado la unión corporativa que había en las compañías de automoción y ha contaminado a otras multinacionales del sector que han de certificar rápidamente su honestidad ante cualquier insinuación malévola, como ya ha ocurrido en otros países europeos. Y es que el sobrevenido conocimiento de la corrupción, no sólo de los políticos y en nuestro país, enerva a la población. El trato a los refugiados, la falta de soluciones a los conflictos socio-político-religiosos, las denuncias de las ONG -la última, la explotación infrahumana de niños en la extracción de cobalto- van minando la moral humana.
