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Sol y sombra

Putas y varios

A Caunedo no le constan putiferios, ni putas, ni varios. A Aréstegui, tampoco le consta nada de lo que le acusan, por eso mantiene silencio. ¿Qué pueden decir?

Lo de las putas y los varios al parecer ha quedado poco claro en los papeles del conseguidor de la trama del agua. Hay cierta nebulosa interesada en el ambiente. En el hipotético caso de que en vez de putas y varios fuesen varias putas, también habría que desentrañarlo. El asunto, no crean, aunque parece cristalino, es más oscuro de lo que algunos piensan.

Lo mejor de todo es la salida de la presidenta asturiana del PP. Insinúa que pidió la dimisión del exalcalde de Oviedo por su presunta implicación en el escándalo, pero sin éxito. Es decir, ella le animó a irse con viento fresco y Caunedo no le hizo caso. En circunstancias así, por lo general, si el aludido no dimite, el partido se encarga de expulsarlo. Sin embargo, este tipo de procedimiento ordinario no parece entrar dentro de las responsabilidades que tiene asignadas Mercedes Fernández. Las sospechas de que ha querido evitar enfrentarse a lo que Caunedo es capaz de largar crecen.

La presidenta del PP asturiano tendrá que declarar en Lugo. Si le cuenta a la juez que ella ya quiso librarse de Caunedo pero el exalcalde ovetense rehusó su amable invitación a marchar, la magistrada se puede morir de risa. No entra en las competencias de los juzgados que un político asuma su responsabilidad como tal en función de la alarma social y la falta de ética, y dimita, pero hay partidos como el PP que todavía no parecen dispuestos a aligerar la carga que les lastra. En parte es la pescadilla que se muerde la cola. Hacerlo, por el contrario, serviría para delimitar las responsabilidades propias del servidor público de las penales. Es algo que aún no hemos aprendido con años de democracia, y eso sí que está claro.

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