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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

Lo mejor, el gravitón

Como decía una de las brujas en "Macbeth", "por el cosquilleo de mis pulgares, noto que algo maligno viene hacia mí", así que bajo esa misma pauta esperábamos que algo sucediese en el cosmos y, en efecto, ocurrió el pasado septiembre y acaba de ser difundido, a saber, que un rayo laser contenido en un túnel de cuatro kilómetros se encogió una miaja (pero una miaja muy, muy, muy pequeña), y lo mismo le sucedió a otro rayito similar situado a 3.000 kilómetros, en nuestra amada y salvaje Luisiana, que un día fue española, y entonces los científicos de la cosa dedujeron lo que llevaban tiempo esperando descubrir: que existen las ondas gravitacionales originadas por colosales choques y explosiones entre cuerpos o fenómenos del universo. Por ejemplo, chocan entre sí dos enseñas blancas y el arreón es tal que se forman olas en el espacio-tiempo quevtarde o temprano llegan a la calle Corrida, donde imperceptiblemente sus baldosas se corren una miaja. Si eso sucede con dos enanas blancas, qué no sucedería con dos gordos (agujeros) negros, pero claro, el lenguaje políticamente correcto recomienda decir afroamericanos. Voviendo al tema, si hay ondas es muy posible que estén asociadas a una particula, que es lo que nos enseñaba "el Fidalgo", José Antonio, de grato recuerdo, en la asignatura de Física de los Jesuitas. Por tanto, estamos a la expectativa de que nos descubran por qué los críos se caen tanto al suelo, es decir, que localicen el famoso e hipotético gravitón. No obstante, la cosa está fea porque dicen que el gravitón es cien billones de cuatrillones de veces más ligero que un electrón, y el electrón es algo que se te mete en el ojo y no te enteras. Pero, ¿por qué centrarnos en las bofetadas que se dan los críos cuando existen tantas cosas que se caen a causa de la gravedad? Por las reglas de la comedia según Preston Sturges, cuyo final dice: "...mejor un perro que un paisaje, mejor un gato que un perro, mejor un bebé que un gato, y una buena caída, mejor que ninguna otra cosa".

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