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Miembro de Compromiso Asturias XXI

Internacionalizar la empresa

Es abundante la literatura sobre la internacionalización de empresas y por ello no quiero hacer un análisis económico sobre el asunto ni tampoco abordar la balanza de exportaciones de Asturias o tratar el tema desde un punto de vista financiero.

Mi intención es más mundana, pues lo que pretendo transmitir es la experiencia ganada durante mis años profesionales asesorando (como abogado) a empresas que han abierto mercado más allá de las fronteras nacionales. Durante este tiempo he apreciado puntos comunes en los que las empresas españolas han encontrado obstáculos de manera recurrente. Son cuatro y los voy a resumir a continuación.

Acción comercial. ¿Qué es lo más importante que tiene una empresa?, sus clientes. Sin embargo, las empresas desprecian este hecho cuando quieren implantarse en el extranjero. Es muy importante dedicar una partida del presupuesto a lo que las grandes empresas denominan Departamento de Expansión. Las empresas deben dotar a ese elemento con fondos necesarios para poder abrir mercado (búsqueda de clientes, búsqueda de oportunidades de inversión, etc.). Las modalidades son amplias, bien sea por la vía laboral (contratando a un empleado), bien sea por la vía mercantil (firmando un contrato de agencia o similar). Sea como fuere, las probabilidades de fracasar en la internacionalización de la compañía serán altas si la empresa no cuenta con una representación comercial seria y profesional que vele por sus intereses en el nuevo territorio en el que se quiera implantar.

Asesoramiento preventivo. Sin ánimo de ser corporativista, es de vital importancia destacar la relevancia de contar con un asesoramiento antes de acometer cualquier inversión y más si ésta es extranjera. Es posible que pueda parecer obvio, pero hay centenares de empresas que cuando salen al extranjero no analizan el plano legal de la inversión y que tan solo acuden al asesor (abogado, consultor, etc.) tras estar inmersos en el problema. Cuando esto sucede, la única solución posible suele ser muy drástica y negativa para los intereses de la empresa. El asesoramiento preventivo debe ir unido, en la medida de lo posible, a un seguimiento de este asesoramiento por parte de la empresa. Se trata de evitar lo que irónicamente se conoce como resistencia al asesoramiento.

Flexibilidad. En muchos casos los acontecimientos se desarrollan de una manera distinta a la planeada, pero no por ello son peores, sino simplemente diferentes. Las empresas deben estar en guardia y preparadas para afrontar estos cambios, pues si se obcecan y persisten en mantener el rumbo que alguien un día -sentado en un despacho a miles de kilómetros del país de destino- ideó, es muy posible que la empresa fracase y con ella todo lo invertido.

Choque cultural. Este es el más subjetivo de los elementos a tener en cuenta. Cambia de país a país (me atrevería a decir que de región a región) y de persona a persona, pero es fundamental, a la hora de internacionalizar, tratar de comprender, en líneas generales, la cultura, hábitos y costumbres del país en el que esté entrando la empresa. Alemania y España están relativamente cerca geográficamente y sin embargo existen grandes diferencias a la hora de hacer negocios y de trabajar conjuntamente. Por ejemplo, los tiempos de pago de facturas son mucho más cortos en Alemania que en España. Por lo tanto, una empresa que quiera implantarse en Alemania deberá adaptar internamente este procedimiento al uso imperante en dicho país. De otra forma, comenzará a tener problemas que podrán degenerar en otros más graves.

El reto es duro y a veces difícil, pero todo apunta a que el futuro pasa por la exportación y la internacionalización. Personalmente he podido comprobar cómo las empresas asturianas están presentes en África (ingeniería), en Europa (servicios, bienes de consumo, etc.) y en Sudamérica (materias primas) y la recompensa merece la pena. La empresa asturiana está capacitada para esta tarea? no en vano descendemos de los auténticos pioneros en estas lides: los indianos.

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