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Sol y sombra

Encaje de bolillos

PSOE y Ciudadanos buscan un socio que se abstenga en el debate de investidura. Por decirlo de otra manera el papel que se le reserva en las partidas de tute al que mira y da tabaco. Sánchez y Rivera tienen un acuerdo que no sirve de gran cosa salvo para transmitir que hay dos políticos capaces de entenderse en un programa de mínimos, una reforma electoral y otras medidas, todas ellas imposibles sin contar con uno de los presumibles invitados de piedra, el Partido Popular.

Podemos, a su vez, ha recalcado que no cuenten con él y se apresura a desplegar su estrategia de dirigir la responsabilidad del más que presumible fracaso de la investidura hacia los socialistas que serán señalados como los culpables de que en España no haya un gobierno de izquierdas.

Pero en fin, todo forma parte desde el principio de una escenografía y se desarrolla como los seriales de la televisión en los que los guionistas van incorporando ingredientes según el interés o el desinterés de la audiencia.

La diferencia es que, al contrario que sucede con las producciones dramáticas televisivas, aquí no existe la posibilidad de renovar la temporada. El reloj se pondrá en marcha próximamente y en dos meses nueva cita con las urnas. Las elecciones, al parecer, no le convienen del todo a nadie, y, sin embargo, cualquier observador ajeno a las pulsiones de los partidos podría entender lo contrario.

El acuerdo de mínimos de Sánchez con Rivera está pensado para que los populares se abstengan por la dificultad que supuestamente entraña oponerse al guiño reformista moderado que proponen PSOE y Ciudadanos. De la cuadratura del círculo hemos pasado, ya ven, al encaje de bolillos. Algo es algo.

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