La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Ocasión

El lema es: "¡Wenceslao arréglanos el prao!". Los presupuestos municipales recién aprobados no dejan dudas al respecto. Y encima el prau, no sobra decirlo, está bastante bien. En todo caso, qué distinto de aquel "¡Gabino, jódete!" que coreaba el Tartiere como un solo hombre -y mujer- cada vez que el Oviedín metía un gol.

El problema del alcalde es la burocracia que no ve manera de sacudírsela de encima -bueno, un socialista suele estar como pez en el agua en esas coordenadas- y que vive rodeado de oportunistas. Me refiero, claro, a sus desleales socios de Gobierno. También resta que tiene menos sensibilidad hacia el fútbol que una seta.

Pero, insisto, los presupuestos de este año apoyan mucho al Real Oviedo que, no cabe duda, es la primera industria de la ciudad y lleva camino de convertirse en una impresionante multinacional.

El Asturcón cerrará en nada y ahí la voluntad de Wenceslao López es muy firme: no tirar ni un euro más en semejante disparate -¿fue un disparate o algo mucho peor?- de Gabino de Lorenzo. Ni un euro más. Se ponga como se ponga quien se ponga.

Las instalaciones hípicas abandonadas podrán orientarse a otros usos entre los que sobresale la Ciudad Deportiva del Real Oviedo, en grado de tentativa.

A mi me gustan más los terrenos que ha ofrecido el alcalde de Siero, contiguos a Intu. Sobre todo para construir el Carlos Arena, el nuevo campo de 45.000 espectadores con estándares del siglo XXI.

Pero, en fin, que valga El Asturcón para Ciudad Deportiva por aquello de las sinergias azules.

Compartir el artículo

stats