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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Tatuajes y escupitajos

De los futbolistas actuales, dos hábitos resultan detestables: los tatuajes y los escupitajos. Ambas aficiones dan grima. Algunos de estos deportistas, cada vez más, han convertido su piel en un galimatías ininteligible, de tal manera que los brazos de Sergio Ramos, sin ir más lejos, parecen el muestrario de una tienda de estampados. El deporte de competición lo inventaron los griegos y en la memoria impresa y expresa de las legendarias competiciones olímpicas de la antigüedad queda de manifiesto que los atletas competían desnudos, sin tatuajes publicitarios invadiendo su cuerpo, como si su estructura apolínea recitara en cada músculo un verso de la "Ilíada". De la costumbre repugnante de arrojar saliva al césped, a vista de cámara, mejor no hablar. Ningún país de fútbol televisado se salva de esta fea afición al gargajo: ni la flema británica. ¿Habrá que instalar en las bandas, como en las antiguas consultas de los médicos, escupideras cromadas?

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