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Cien líneas

Procesos

Hace un mes Pedro Sánchez se reunió con Oriol Junqueras y le propuso una reforma constitucional; este viernes, Albert Rivera se vio con Carles Puigdemont y le habló de modificaciones en la Constitución; el próximo miércoles también Mariano Rajoy se entrevistará con el presidente de la Generalidad y obviamente le cantará cambios en la carta magna... simultáneamente la cúpula popular depura el partido con dossieres y filtraciones de manera que nadie va a decir ni pío cuando se lancen a poner una frontera en el Segre. El prusés va sobre ruedas mientras en Madrit disimulan con encuentros y desencuentros sobre dizque alternativas de Gobierno que no van más allá del trampantojo: de lo único que cuenta es la independencia legal de Cataluña. Para eso todos -¡todos!- quieren cambiar la Constitución. El Gobierno de Rajoy, continuando la hoja de ruta de ZP, sigue dando dinero a manos llenas a los separatistas que no dejan de insultar y vejar a quienes les pagan.

Todo está controlado. La prueba definitiva ahí está: salta a la palestra Otegi, uno de los jefes de una banda criminal, y lo tratan con toda deferencia. Lo grave es figurar en una sociedad offshore pero militar en una banda de asesinos es muy respetable.

En Cataluña ya se consideran independientes. Hablarles de reforma de la Constitución es solo para engañar al conjunto de los españoles. Ya son de otro país. Apenas resta la legalización de una ruptura que es efectiva. Y seguir pagando porque de un chantajista es muy difícil librarse. Sobre todo si no se desea.

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