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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Astilleros de Gijón

Es buena noticia para Gijón que el astillero de Armón opte a la pesca de altura de nuevos encargos para revitalizar una actividad, la de la industria naval, que fue robusta en Gijón y de cuya presencia apenas queda memoria en las viejas grúas que componen el escenario fantasmagórico de las tripas de la "Semana negra". El naval dio mucho empleo a esta ciudad y también abundantes quebraderos de cabeza en los tiempos de goma quemada de la bestial reconversión que convirtió al sector en pavesas y astillas. Si no hubiera sido por el rescate de las instalaciones de Juliana por Armón, los astilleros de Gijón continuarían languideciendo en el dique seco, sin más futuro que ser mostrados como yacimiento de arqueología industrial o condenados a convertirse en objeto literario, en la versión gijonesa de "El astillero" de Onetti, "grúas de hierro viejo que habrían de chirriar y quebrarse en cuanto alguien quisiera ponerlas en movimiento".

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