El PSOE es probablemente el partido que con más dudas llega a las elecciones del próximo día 26. Un gran número de sus dirigentes, entre los que se encuentran muchos asturianos, tienen serias dudas de que el gran protagonismo adquirido por su líder, Pedro Sánchez, en los últimos meses, sobre todo en el fallido proceso de investidura, les vaya a resultar provechoso electoralmente. Consideran que arriesgó demasiado y que eso puede pasar factura al partido en los inminentes comicios.
Y por si no tenían ya bastantes problemas los socialistas va el juez del caso de los falsos ERE y decide procesar a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Un golpe más a Pedro Sánchez. Y, además, en el principal granero de votos del PSOE. Un batacazo electoral en Andalucía dejaría a este partido (ya en el filo de la navaja sin que haya cuestiones excepcionales) en una complicadísima situación política.
Ya que los vientos no corren a favor del PSOE, su secretario general debería tener más cuidado a la hora de tomar la iniciativa y lanzar propuestas electorales. Su proposición de "pacto político" para Cataluña, dejando entrever una posible "bilateralidad" entre Estado y autonomía ha levantado de nuevo los recelos de algunos barones del partido, entre ellos el asturiano Javier Fernández. Sorprende que Pedro Sánchez vuelva a sacar a relucir un asunto que sabe que le va a acarrear problemas internos, y que lo haga, además, a tan pocos días de los comicios. Que luego llame, entre otros, al presidente del Principado para intentar calmar los ánimos no es la solución. Cuando éste decidió no hacer ninguno tipo de comentario sobre lo dicho por Sánchez por algo será. Pero es que ya son muchas las veces que Javier Fernández ha preferido callar ante declaraciones del líder de su partido.
