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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

"Letronas" de éxito

No hay espacio, lugar o recurso más fotografiado por los turistas que arriban a Gijón cargados de maletas o mochilas que las enormes letras rojas del puerto deportivo, que reunidas conforman el nombre de la ciudad. Quién lo iba a decir cuando en los primeros meses de 2011, hace ya un lustro, operarios municipales colocaron sin previo aviso esa mole metálica colorada. Sorprendentemente, el turismo se lleva a casa desde entonces como principal souvenir un Gijón compuesto al pie de la letra.

En la Edad Media llamaban "letrones" a la lista que se exponía a las puertas de las iglesias para hacer público ante el vulgo el nombre de los excomulgados. A decenas de gijoneses, entre los que me incluyo y hago por ello sereno acto de contrición, "les letrones" de los Jardines de la Reina nos parecieron, de inicio, un armatoste, un monumental adefesio bendecido por la anterior alcaldesa y sus turiferarios.

Nos parecía entonces que, dependiendo del punto de mira y del objetivo de la cámara o el inevitable móvil de los "selfies", las letras de marras pueden resultar ininteligibles, como si se tratara de caracteres del alfabeto glagolítico de los santos eslavos Cirilo y Metodio, ya que redactamos estas líneas en clave de excomuniones y otros castigos del infierno por cometer el pecado de desconfiar del peso de la tradición metalúrgica asturiana. Pidamos, pues, perdón, oh, pecadores, por perder la fe en el metal, en Femetal, que apadrinó las dichosas letras.

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