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Alberto Menéndez

Sánchez y Asturias

Un sector de la Federación Socialista Asturiana (FSA), el mayoritario, no se fía de Pedro Sánchez. No es de su cuerda. Pero ello no quiere decir que el líder del PSOE no tenga seguidores en la región. Entre las bases, por supuesto, pero también en la cúpula dirigente. Por eso generalizar sobre lo que piensa en estos momentos el socialismo asturiano será, además de inadecuado, irresponsable. Una cosa es el parecer de la ejecutiva regional del partido y otra cuál puede ser la opinión mayoritaria de la FSA en su conjunto.

Pedro Sánchez cuenta en Asturias con dos personas de su máxima confianza: Adriana Lastra y María Luisa Carcedo. Ambas están en la ejecutiva nacional del PSOE, y la segunda incluso formó parte del reducido grupo de dirigentes que negoció en la pasada legislatura con el resto de partidos un acuerdo que permitiera la investidura de Pedro Sánchez como presidente, un pacto que fue imposible alcanzar.

Tanto Adriana Lastra como María Luisa Carcedo siempre habían formado parte del equipo de colaboradores más cercanos al secretario general de la FSA y actual presidente del Principado, Javier Fernández. Hasta el último congreso federal del partido, en el que las dos decidieron respaldar a Pedro Sánchez en la pugna por la secretaría general del partido en lugar de a Eduardo Madina, el preferido de Javier Fernández y la práctica totalidad de la dirección regional socialista. A partir de ese momento no es que hubiera una ruptura de relaciones entre ellos, pero sí un enfriamiento que fue a más con el paso del tiempo.

Y ha ido a más porque a diferencia de hace un año en el PSOE ya no caben las medias tintas. Hay dos sectores claramente diferenciados y se está con uno o con otro. Carcedo y Lastra se han decantado con claridad, alineándose sin ningún género de dudas con el que lidera Pedro Sánchez, hasta tal punto que apenas informan a los máximos responsables regionales del partido de lo que se cuece en la sede de Ferraz, en Madrid. Al menos eso es lo que aseguran miembros de la ejecutiva de la FSA y lo que se les criticó a ambas en la última reunión del comité autonómico del partido.

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