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Catedrático de Educación Física, presidente de la comisión de selección

Oposiciones de Educación Física

Sobre un proceso duro para todos

En el mes de abril comienza mi participación en este proceso. Es una decisión unilateral que no se consensúa conmigo. Una obligación por ser funcionario que tengo que aceptar con el firme propósito de hacerlo con las mejores garantías de profesionalidad. Después de más de 30 años en esta profesión y con otras tres participaciones en procesos selectivos, como vocal, ahora me toca ser el presidente de la comisión de selección.

Desde este momento, reuniones informativas en la Consejería de Educación y Cultura, instrucciones, legislación, formación de los cuatro tribunales. Un sinfín de obligaciones sobrevenidas al ya complejo fin de curso con todo lo que ello significa.

A partir de aquí, noches largas con mucho trabajo y poco descanso, lectura de documentos legislativos, elaboración de ejercicios con el pensamiento en las personas aspirantes? Lo importante que es esto para todas ellas, después de tantos años, y el peso de la responsabilidad que supone para aquellos que debemos juzgarlas.

Nunca he dudado que este es un esfuerzo enorme para los opositores y opositoras, que son los verdaderos protagonistas. Algunos hemos superado hasta tres oposiciones para poder llegar al punto en el que ahora estamos y aunque han pasado muchos años, en nuestros recuerdos permanecen frescos las sensaciones y los momentos amargos, las noches de estudio, las cargas familiares, la angustia por conseguir un trabajo?

Por eso puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que mi empatía y sensibilidad han sido máximas desde el primer instante.

Afirmación en la que incluyo a mis 19 compañeros y compañeras que han formado parte, como miembros titulares, de los cuatro tribunales. Desde el primer momento su disposición hacia el trabajo, grado de implicación y conciencia del buen hacer fueron totales. Cada uno terminó sus tareas y compromisos en sus respectivos centros educativos para centrarse en este proceso selectivo.

Muy duros fueron los días en los que hubo que simultanear las dos obligaciones: las laborales y las técnicas como miembros de tribunales. Lo que supuso prescindir de cualquier momento de descanso u ocio personal.

Manifestamos nuestra enérgica protesta a los responsables por este sinsentido en la coincidencia de las dos funciones. Sin embargo, no pasaron más de dos segundos y apartamos nuestras exigencias personales para centrarnos en la labor responsable y difícil que nos habían encomendado.

Quiero insistir en el desacierto de la Administración educativa por este hecho. Profesorado elegido como tribunal insatisfecho, profesorado interino nervioso, tratando de finalizar sus compromisos en los centros para dedicarse a algo tan importante como era su futuro profesional y laboral. Mi ruego a las autoridades políticas y a los sindicatos, para que esto no vuelva a producirse. Si tengo ocasión, le transmitiré esto, así como otros aspectos de mejora, al Señor Consejero.

Mi agradecimiento también hacia los 20 suplentes, colaboradores en la compleja organización de la primera prueba. Su ayuda fue imprescindible para que se desarrollara con la normalidad que lo hizo.

Por supuesto, no olvido a mis compañeros y compañeras del centro: equipo directivo, limpiadoras, responsable de mantenimiento, ordenanzas. Su disponibilidad facilitó enormemente mi labor.

Todas las personas que formamos parte de este numeroso equipo hemos tenido claro que el respeto y el trato amable, hacia las personas aspirantes que opositan, por un deseado y escaso puesto laboral, estuviera siempre presente.

Reuniones diarias de coordinación antes de comenzar las actuaciones de los cuatro tribunales nos han permitido mantener una coherencia interna en las decisiones que día a día había que tomar. Eso sí, teniendo siempre como libro de compañía la resolución de 30 de marzo de 2016.

Sólo el cumplimiento de la norma en un sentido estricto y sin ambigüedades, manteniendo una línea sin dudas ni fisuras, podía garantizar que se respetaran por igual los derechos de esas 422 personas.

No puede ser de otra manera en un procedimiento de estas características. Cualquier otra interpretación sería una adulteración del procedimiento que no respetaría el principio fundamental de acceso a la función pública: igualdad, mérito y capacidad.

Esta es una comunidad pequeña. Muchos son los aspirantes y las aspirantes que han compartido departamento y años de trabajo con nosotros, incluso amistad. Pero todo eso desapareció, se aparcó desde el momento mismo de la asunción de esta responsabilidad. Me consta que todos los miembros del tribunal lo interpretaron de igual modo.

Espero que se entendiera esta postura y actitud desde el mismo momento en que me dirigí a todos, en el pabellón polideportivo del Alfonso II, el mismo día 20 de junio. No se trataba de establecer distancias sino de ser respetuosos con todos por igual, los conocidos, los desconocidos, los asturianos y los foráneos. Igualdad para todo el mundo.

Convencidos de nuestras actuaciones no nos dejamos intimidar por los comentarios recibidos, por la incomprensión, triste y lamentable, de algunos compañeros y compañeras valientes en afirmaciones y consejos emitidos desde el desconocimiento, el atrevimiento y la falta de sensibilidad, con los que día a día estábamos soportando una presión para la que no nos habían entrenado.

Tampoco los foros, ni las redes sociales influyeron en nuestro quehacer diario.

A las personas aspirantes transmitiros la certeza de que vuestra evaluación y calificación ha sido honesta, técnicamente correcta, sincera y cumpliendo los criterios establecidos en la comisión de selección.

Vuestras horas de estudio y preparación, que no dudo han sido muchas, para conseguir esa preciada medalla llamada puesto de trabajo, en esta dura competición, ha sido arbitrada por un equipo preparado, atento a vuestras exposiciones, respetuoso con vuestros momentos de participación.

Ni el cansancio producido por esas jornadas de más de 12 horas de trabajo, ni la tensión acumulada cada día que se acercaba el final del procedimiento, con decisiones duras, pero con las garantías de objetividad que da la norma, nos hicieron alejarnos del objetivo marcado en el comienzo.

No hubo límites más allá de la competencia mostrada en cada una de las pruebas del proceso. Vuestra preparación, formación, conocimientos demostrados, hicieron muy difícil la toma de decisiones.

La calificación de las pruebas fue una tarea difícil para los cuatro tribunales, a pesar de la objetivación máxima que se intentó realizar. Un debate que está pendiente de ser abordado es la mejora en estos procesos selectivos. Debate profundo, sosegado en el tiempo, sin prisas y protagonizado por aquellas personas con experiencia en este ámbito.

Comprendo también la sensación amarga y hasta injusta que hayan podido sentir las personas que no superaron las calificaciones mínimas. Sin embargo, esto no puede ensombrecer el éxito de los que subieron al podio.

No podemos estar satisfechos, hay que seguir dotando de más plazas y garantizando la posibilidad de trabajar a esta generación tan bien preparada, que de seguir así terminará buscando otras posibilidades laborales fuera de nuestra tierra, de su tierra.

A nivel personal, mi satisfacción porque los que llevamos esta profesión en el corazón, vocacionales hasta el final, estamos tranquilos del grupo humano que nos empuja hacia una jubilación, por la gran cantidad de saberes que traen en sus mochilas y por la motivación que transmiten. Sin duda los retos que nos prepara la Educación serán abordados con éxito.

Os veo deseosos de emprender un camino que apasiona.

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