En su edición del 23 de agosto de 2016 LA NUEVA ESPAÑA escribe, bajo el título "La patronal del metal urge un pacto con los sindicatos por la falta de oficiales", que la patronal necesita personal calificado para poder competir. ¡A buenas horas!
En los años ochenta del siglo pasado matamos entre políticos, empresarios y sindicatos, la figura del aprendiz y con él un exitoso sistema de formación, aquí entre otras por la afamada gran escuela de aprendices de Ensidesa y de otras empresas asturianas punteras (Duro Felguera, Cristalería Española, Didier, etcétera).
Cuando el Gobierno decretó entonces que el aprendiz, chico/a salido del colegio sin ninguna experiencia laboral, debía comenzar su vida laboral ganando el 98% del salario de un oficial se acabó inmediatamente la contratación de aprendices. Como poco a poco se vio después con muy graves consecuencias, porque apenas entró ya la necesaria savia nueva en las empresas, con sus plantillas envejeciendo naturalmente.
Pero en febrero de 2012, con enorme despliegue informático, llega la noticia "Gobierno regional, empresarios y sindicatos rescatan en Asturias la figura del aprendiz". LA NUEVA ESPAÑA preguntó en su editorial del 17.4.2012 "Recuperar la figura del aprendiz ¿nuevo engaño?". Desgraciadamente acertó, de recuperación del aprendiz finalmente nada de nada.
Entonces, en mayo de 2014 patronal y sindicatos anuncian que Asturias tendrá "aprendices con sueldo"; otro engaño. Se contrataron entonces por una sola vez tan solo 49 aprendices y final de la gran iniciativa.
La formación dual de aprendices está implantada en toda centroeuropa desde hace muchísimas décadas y forma una especie de "espina dorsal" de las economías.
Sólo en Alemania, en 2015 nada menos de 522.000 jóvenes comenzaron un aprendizaje en 328 (¡trescientos veintiocho!) profesiones, sin que se lograra cubrir todas las plazas ofertadas por las empresas.
Es imposible comparar la pobre cifra de los 49 "aprendices asturianos con sueldo" de 2014, con más de medio millón de nuevos aprendices solo en Alemania en 2015, sin hablar de Suiza, Austria, Polonia, etc.
¿Será que aquí a políticos, empresarios y sindicatos sencillamente no les gusta ya la figura del aprendiz, tres décadas después de haberla matado entre todos, sin tener en cuenta nuestro ahora catastrófico paro juvenil, con toda una generación perdida?
