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No hagamos política con los fallecidos

El uso partidista de las cifras de muertes en carretera

Nunca me sorprenderé lo suficiente con la facultad que tienen los políticos profesionales para cambiar de opinión según estén en el Gobierno o en la oposición. En unas circunstancias políticas son capaces de defender una cosa y cuando cambian la contraria. Digo esto porque el fin de semana pasado, leía en LA NUEVA ESPAÑA un artículo del diputado nacional del PSOE don Antonio Trevín Lombán, donde mostraba su preocupación por el aumento de accidentes de tráfico en España y en Asturias durante el 2016, viniendo a decir que la culpa era del Ministerio del Interior y del Ministerio de Fomento.

Vaya por delante, mis queridos lectores, que mantengo una buena relación con don Antonio. Cuando nos vemos, solemos hablar de manera muy cordial y amistosa. Estando de acuerdo con él en muchas cosas, como que no se debe estar en un cargo político más de ocho años, y en desacuerdo en algunas otras, como en el máximo de años en los que se debe estar en política. Pues yo defiendo que no más de dieciséis años y él lleva ya treinta y tres.

Lo que llamó mi atención fue que recordé que en el año 2011 le dediqué a don Antonio un artículo en este periódico titulado "El culpable seré yo". El tema era el mismo, la siniestralidad en carretera. La base era un estudio del Real Automóvil Club de España donde decía que el 25% de los puntos negros de las carreteras españolas estaba en Asturias, siendo la primera en zonas peligrosas. Y a don Antonio, que en aquella época era Delegado del Gobierno en Asturias (final de la época de Zapatero), solo se le ocurre decir que "los puntos negros que refleja el estudio tienen sus vías alternativas", quitándole toda importancia a la conclusión del análisis del RACE y, por supuesto, no reconociendo ninguna culpa del Ministerio del Interior ni del Ministerio de Fomento. Por eso terminaba yo mi articulo diciendo que, en el caso de que me ocurriera un accidente en esos puntos negros, la culpa sería mía por no usar las carreteras alternativas a las que se refería el señor Trevín?

En España, hasta el 31 de Agosto de este año hubo 790 muertes en las carreteras, lo que implica 61 por encima de hace un año por estas fechas, es decir, algo más de un 8%. Es indudable que es como resultado de varios factores: Unos positivos, como son el aumento de desplazamientos como consecuencia de la mejoría económica y el gran aumento del turismo. Y otros negativos, como el envejecimiento del parque automovilístico y las menores dotaciones presupuestarias para mantenimiento de carreteras, consecuencia todavía de la brutal crisis que padecimos.

En mi opinión, y cada día estoy más convencido, el tipo de carretera (a más autopistas, menos accidentes), el estado de las mismas y la antigüedad de los vehículos, son los factores que más incidencia tienen en los fallecidos. Fíjense en los siguientes datos. En 1989 hubo 5.940 fallecidos. Desde este año no pararon de bajar hasta el 1995, como consecuencia de la entrada en la Unión Europea y las grandes inversiones en infraestructuras de la mano de los fondos comunitarios. La crisis de 1993 a 1997 hace que se paralicen estas inversiones y en el periodo que va de 1995 a 2004 se estanca la caída de fallecidos. Y las grandes inversiones del 2000 al 2004, unidas al Plan PIVE de sustitución de vehículos antiguos, producen el gran descenso de fallecidos entre 2005 y 2015, llegando en este último año a 1.126.

Por lo tanto, no se puede afrontar este tema con demagogia y partidismo. No se pueden dar datos entre el 2005 y el 2011 (Gobierno de Zapatero), y no darlos entre el 2012 y el 2015 (Gobierno de Rajoy), donde siguen disminuyendo los accidentes. Y no se puede hablar del Ministerio del Interior y del Ministerio de Fomento sin hablar del Gobierno asturiano.

Porque, una vez más, los datos son tercos. Nuestro querido Principado sigue estando tal mal como en el 2011, incluso algo peor. Sigue siendo la Autonomía con más puntos negros de España, pero es que, además, en lo que va de año es la provincia de España donde más aumentan los fallecidos por accidente. Y mucha culpa, efectivamente, la tiene la disminución de inversiones en carreteras. Pero no solo del Gobierno Central: el Gobierno del Principado destina, en el Presupuesto del 2016, 63 millones a reparación y mantenimiento de carreteras, cuando en el 2012 dedicaba 100. Y es que, según la Asociación Española de Carreteras, Asturias y La Rioja son las dos autonomías que peor conservan sus carreteras.

Mal estaba Asturias en el 2011 y mal está en 2016. Nada ha cambiado en este sentido. El hecho de que el señor Trevín haya pasado del Gobierno a la oposición no debiera ser motivo de cambio de opinión. Pero, una vez más, se afianza mi idea de que nadie debe estar en política tantos años; se llega a confundir la realidad ciudadana con el interés personal y partidista.

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