La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Globalización

Hoy es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Debería ser, por las mimas, la fiesta del capitalismo y de su fase actual, la globalización.

En 1981 el 42,15 por ciento de la población mundial era pobre.

En 2015, solo el 9,6 por ciento.

En 34 años semejante lacra se redujo a menos de la cuarta parte. Aun así, hay aún nada menos que 702 millones de pobres.

¿Qué ha provocado ese cambio tan positivo?

Lo dicho, la globalización como fase inmediata del capitalismo. En ese tiempo, China, Rusia, India y otros países con un peso demográfico enorme se incorporaron al libre mercado. Una revolución nunca vista. Tan considerable y benéfica que ni se cita.

Hace 10.000 años la humanidad sumaba cinco millones de personas y apenas producía riqueza. Las cosas mejoraron poco a poco, a unos lentísimos ritmos anuales y con fuertes retrocesos. Desde hace tres siglos, con el capitalismo, todo empezó a cambiar con fuerza. En 1750 la esperanza de vida era de 35 años. Ahora, más de 70.

El formidable salto se produjo hace doscientos años, con la revolución industrial ya a pleno rendimiento. Más que las novedades científicas y tecnológicas contó la propiedad: libre empresa de verdad. Así, y por ejemplo, Suecia y Taiwán producen ahora 10.000 veces más riqueza que hace dos centurias.

La pobreza tiene los días contados gracias al capitalismo y a la globalización. Tal es la gran fiesta.

(Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente el poema sinfónico "Hacia el infinito", de Cervello).

Compartir el artículo

stats