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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Platillos volantes

En el verano de 1969, "numeroso público" avistó un objeto volador no identificado sobre el cielo de Gijón. El asunto llegó a oídos de las autoridades y al Estado Mayor de la Defensa, que decidieron incluirlo, como muchos otros fenómenos inexplicables, en el cajón de los "expedientes X" de la época. Conocemos ese hecho ahora, casi medio siglo después, cuando el ministro Morenés ha decidido romper la cerradura de ese cajón y desclasificar miles de folios.

Cuántas borracheras culminaron con un avistamiento de ovnis; cuántas noches de jarana resolvieron el retraso en la llegada al domicilio conyugal con la excusa de un encuentro inesperado con marcianos o selenitas: "Mariano, vaya horas", reclamaba la esposa, señalando el despertador de la mesilla de noche. "Es que se me ha cruzado en la carretera un extraterrestre", respondía el paisano, mientras trataba sin éxito de acomodarse la camisa y anudarse retorcida la corbata. "¿No se llamaría Johnnie Walker?", resolvía la parienta. "Anda para la cama, que tienes más cuento que Julio Verne".

Años antes, en 1950, este periódico relató con detalle la experiencia de un carpintero gijonés, de nombre Manuel Ruiz y vecino de La Arena, que aseguraba haber visto "cruzar por el cielo una luz cegadora y a gran velocidad. Eran la siete de la tarde y no estaba solo, tres o cuatro personas vieron lo mismo que yo". Lo cual demuestra que en esta ciudad nos pasamos las horas en la luna de Valencia, mostramos interés geográfico por los montes de Venus y ofrecemos anillos de Saturno como juramento de amor eterno.

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