La comisión gestora que rige temporalmente los destinos del PSOE se ha adaptado al son que marca su presidente, el líder de los socialistas asturianos -a la vez que jefe del Ejecutivo del Principado-, Javier Fernández. La dirección interina del Partido Socialista avanza a la manera de como lo ha venido haciendo la FSA en los últimos 17 años. Sobre todo, sin estridencias y evitando, en la medida de lo posible, abonar el terreno para fricciones internas, para promover los enfrentamientos. En Asturias, Javier Fernández recogió un partido roto en dos y consiguió recomponerlo y unirlo. Cierto es que contó con años para lograrlo y que la situación ahora es muy distinta. Lo que menos tiene es tiempo. Pero el método puesto en práctica por Javier Fernández es el mismo aplicado con anterioridad en la Federación Socialista Asturiana.
El líder de la FSA ha ido perdiendo protagonismo público a medida que han ido pasando las semanas desde que se hizo cargo de la gestora. Ya no se encuentra de forma permanente en la primera línea política informativa. Y lo ha hecho con total naturalidad. Como lo ha venido haciendo en la región desde que, primero, alcanzó la secretaría general de la FSA, y, después, cuando llegó a la Presidencia del Principado.
El principal objetivo de Javier Fernández es reducir la tensión en el seno del Partido Socialista antes de avanzar hacia la celebración del congreso de la organización. Para lograrlo, en su opinión, el mejor camino es hablar con el mayor número de dirigentes del partido, de todas las tendencias, incluidos algunos de los más cercanos al anterior secretario general, Pedro Sánchez. Y eso es lo que está haciendo. A su ritmo. Al que se marcó nada más ser elegido presidente de la comisión gestora. A la manera de Javier Fernández.
