Ha llegado el momento de actuar. El Gobierno del Principado ya no tiene disculpas para no hacerlo. En los últimos meses, a pesar de su exigua mayoría parlamentaria, ha contado con algunas trascendentales colaboraciones, tanto sociales como políticas, que le han permitido sacar adelante tanto la concertación social como los Presupuestos de la comunidad autónoma para este año. Además, el gabinete regional, después de prácticamente un año de incertidumbre, ya tiene un interlocutor válido en Madrid y, vueltas que da la vida, el presidente del Principado, Javier Fernández, como máximo responsable que es de la comisión gestora del PSOE, tiene línea directa con el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Vamos, que Javier Fernández se encuentra en una situación política privilegiada, sobre todo si la comparamos con la de hace tan sólo un año, y que ni él ni la región en su conjunto la pueden desaprovechar. Pero las medidas necesarias para relanzar la economía de Asturias deben tomarse ya. O, más bien, de acuerdo con la opinión de la patronal y de los sindicatos de la región, ya tendrían que haber sido puestas en marcha. Y es por eso que los agentes sociales, que suscribieron la concertación el pasado mes de mayo, no hacen precisamente una valoración ni medio positiva de lo realizado por el Ejecutivo en el último medio año.
Se quejan FADE, UGT y CC OO de la ralentización en el desarrollo del pacto suscrito. Acusan al Gobierno de "poca agilidad y eficiencia". Que patronal y sindicatos coincidan en su análisis de la situación debería hacer recapacitar al Ejecutivo. Pero no parece que vayan por ahí los tiros. El Gobierno sigue a su ritmo. Un ejemplo de ayer mismo: anuncia un plan para combatir las trabas burocráticas para favorecer la actividad empresarial y propiciar una relación más fluida de los ciudadanos con la Administración. Y así, como quien no quiere la cosa, se da un plazo de catorce meses (catorce meses, sí ) para elaborar un "plan estratégico de simplificación administrativa y reducción de cargas burocráticas". No es una broma, va en serio.
