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Alberto Menéndez

Creérselo y pelearlo

Los jugadores azules deben inspirarse en la imagen dada en Tenerife y olvidarse de la de Vallecas

El Oviedo ha intercalado a lo largo de la temporada, tanto en casa como fuera, partidos en los que parecía creer en lo que estaba haciendo con otros en los que no, en los que se simplemente se dejaba llevar por la inercia, sin la ambición indispensable para convertirse en un equipo con aspiraciones, en un equipo candidato al ascenso. Los mejores momentos de los oviedistas han coincidido, en la mayoría de las ocasiones, con los enfrentamientos con equipos de la parte de arriba de la clasificación, lo que siempre es positivo de cara a la moral en un hipotético play-off.

El Oviedo ha fallado estrepitosamente en varios encuentros lejos del Carlos Tartiere, y en algunos de ellos con rivales de la parte baja de la tabla. Y en estos casos siempre dio la sensación de que a los jugadores azules les faltaba tensión competitiva, fortaleza física y mental para enfrentarse a unos rivales que ante la carencia de juego ponían una ilusión, una lucha de la que carecían los oviedistas.

Una comparación de los dos últimos partidos del Oviedo lejos de Asturias muestra bien a la claras estas dos versiones del conjunto azul. Por un lado, está la de Vallecas, en la que el equipo carbayón, ante un contrincante con problemas clasificatorios a pesar de su cara plantilla, dio una muy mala imagen, con una merecida derrota. En Tenerife no, en Tenerife los oviedistas fueron superiores en todo momento a uno de los gallitos de la categoría y no sólo no debieron perder (por un penalti inexistente), sino que tuvieron ocasiones de sobra para lograr los tres puntos. Que el mejor jugador canario fuera su portero lo dice todo.

Creérselo a la hora de hacer frente a los grandes de la Segunda División parece que sí se lo tienen creído Fernando Hierro y sus pupilos. Ahora sólo falta que se lo crean, que pueden hacer también buenos partidos (o al menos consistentes) contra los clubes más modestos. Hoy tiene una buena oportunidad para intentar demostrarlo contra el UCAM de Murcia. Creérselo y también pelearlo, es decir, poner al menos tantas ganas en la disputa del balón como el contrario. Con la técnica sólo, en muchas ocasiones (casi todas), no basta. Ahí están las goleadas recibidas para demostrarlo.

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