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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Un chute de "Ventolín"

Hace bien la charanga "Ventolín" en aceptar finalmente la concesión de la medalla de plata de la ciudad, tras unos días de debate interno sobre la conveniencia o no de subir al estrado institucional a recoger tal distinción, a cuenta de la oposición del colectivo a las medidas restrictivas del Ayuntamiento contra la música en la calle. Ya que no existe música con mayor vocación callejera que la que interpreta una charanga, era razonable que "Ventolín" le hiciera, como medida de protesta, vientos frescos al galardón municipal. Como lo cortés no quita lo valiente, el veterano grupo musical se pondrá la medalla. Plausible decisión y aquí paz y después gloria a ritmo de pasodoble.

Igual que el Ventolín medicinal es un broncodilatador que se emplea para tratar las crisis asmáticas, este "Ventolín" musical y gijonés supone un chorro de aire fresco con muchos años de saludable sol sostenido que les viene de perlas a los pulmones de esta ciudad, maltrechos de tanto respirar asuntos insanos. La música de "Ventolín", reivindicativa, republicana, combativa; socarrona e irónica incluso cuando arranca el Antroxu y se imponen las carnestolendas, es tan sana para Gijón como el salbutamol para los pacientes que sufren obstrucción de las vías respiratorias.

Una ciudad huérfana de música en la calle es una ciudad sin aire, asmática, cansina, presa de aburrimiento; de manera que un chorro de Ventolín no le vendrá mal al concejal responsable del área, para que relaje los músculos más autoritarios. Este "Ventolín" gijonés no es dañino ni tiene efectos secundarios, salvo las lógicas palpitaciones que provoca el ritmo de un pasacalles.

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