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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

Van sin cinturón

Debería castigarse cómo circula la reina de Inglaterra, no que lo haga sin cinturón de seguridad.

La circulación del coche real va asegurada por un cinturón exógeno consistente en que se detiene la circulación en los dos sentidos y el que le antecede y el que le sucede circulan a velocidad y distancia acordadas. Más llamativo es que la reina circule por la izquierda y eso no extrañe a ningún inglés.

Además, los ingleses prefieren más el cinturón para disfrutar que para prevenir. Han hecho de ello una disciplina.

El cinturón de seguridad es de plebeyos y no se debe incorporar al protocolo real. Primero, porque habría que cambiarlo cada día para conjuntarlo con los trajes iguales pero de distintos colores que viste Isabel II y segundo (y no por ello menos Isabel), porque habría que crear el puesto de cinturonero real encargado de desenrollar y anclar el dispositivo de su majestad sin tocarla ni mirarle a los ojos, algo aparatoso, de ser posible.

Esta irregularidad circulatoria para los plebeyos nunca acabará en multa porque la reina goza de inmunidad ante pleitos civiles y penales. Eso sí que es inadmisible, en Reino Unido y aquí, donde el Rey también es inimputable mientras es rey. Por eso Juan Carlos de Borbón recibió, al dejar de reinar, dos demandas por conducirse sin preservativo.

La Constitución consagra la inviolabilidad de la figura del rey, privilegio que disfruta ahora el sucesor, que vive fuera de la ley no porque la haya roto, sino porque no entra en ella. Felipe VI reina sin cinturón de seguridad.

Por eso sonó rara esa frase del 40.º aniversario de las primeras elecciones democráticas -dirigida hacia el proceso independentista- de que "fuera de la ley sólo hay arbitrariedad, imposición e inseguridad". Él sabrá.

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