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La mar de Oviedo

Skyline

Todos los amaneceres son diferentes en Oviedo y, en ocasiones, espectaculares; también el crepúsculo, en especial cuando unos y otros se observan desde el Paseo de Valdeflora. Unos días amanece con nubes bajas, vemos la ciudad en sombra y en la cordillera oculta trascienden Peña Mayor, Peña Mea, el Pico Torres, la Sierra del Aramo... Esta mañana amaneció con neblina y se veía muy bien el mundo excepto Oviedo, aunque en esa laguna blanca entre la Corredoria y el Escamplero sobresalían, al este, la torre de Teatinos, al oeste ese mazacote de viviendas que no tiene nombre, en el Alto de Buenavista, frente a la antigua Gruta, y en el centro la aguja de la Catedral. Dos inmuebles que claman al cielo y ese faro gótico que ora pro nobis. Así la literatura; en la niebla mediática destacan acá y allá bestsellers abominables pero siempre nos queda la referencia de algún clásico.

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