Alerta naranja por lluvias, sequías, rayos y centellas, peligro de incendios, nevadas en el infierno, sufragios prohibidos, salmonela, corruptela, amenaza yihadista, hielo en la autopista, galerna en Tazones, regreso de vacaciones, volcanes, caimanes, aludes en Peñerudes, cuatreros, hinchas futboleros, obras sin licencia, alerta naranja por indecencia, calores, temblores sísmicos, temblores víricos, lobos, abejas a miles, lanzamiento de misiles... Anteayer, en Tübingen, Alemania, me mostraron la casa donde, acogido por Zimmer, un carpintero bueno, vivió Hölderlin sus últimos 37 años de lúcida locura; vi su espineta sin cuerdas y me asomé a la ventana de su habitación, que mira al sur, al río Neckar; desde ahí, poco antes de morir, gritó este formidable mensaje de esperanza: "Wo aber Gefahr ist, wächst / Das Rettende auch", "Donde hay peligro / crece lo que nos salva".
