La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El monopolio de la violencia

A las puertas de la Comisaría de Gijón tuvo lugar ayer una concentración silenciosa en apoyo de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía que se están jugando el pellejo en Cataluña, defendiendo el orden y la Constitución pisoteada, sometidos a una enorme presión social y tras haber sido vilipendiados en la prensa internacional, jaleada por cierta izquierda radical que gozaría con el hundimiento del Estado y que busca hacer carrera con el ladino mensaje que compara a los agentes con el órgano represor de una vil dictadura.

En primer lugar habría que desempolvar los textos de Max Weber y reconocer que el Estado es aquella comunidad humana que dentro de un determinado territorio reclama para sí, con éxito, el monopolio de la violencia física legítima. El Estado es la única fuente del derecho a la violencia, monopolio que recibe en prestado de la sociedad y que debe ejecutar de acuerdo con las leyes y con respeto escrupuloso de los derechos y las libertades de los ciudadanos.

La violencia ejercida en defensa de la ley, como ocurrió el domingo en Cataluña, es, por tanto legítima, consecuencia de la renuncia ciudadana a la defensa propia, que se cede a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Si el uso de esa violencia legal fue desmedida o no deberán dilucidarlo los jueces, los mismos que han de velar por el cumplimiento de la ley y hacer caer su peso sobre aquéllos que se la saltan, la escupen o pisotean.

Todas las personas que ayer se manifestaron en distintas ciudades de España en apoyo de la Policía y la Guardia Civil, lo que hicieron, por tanto, fue reforzar su confianza en las fuerzas del orden como garantes de la paz social.

Compartir el artículo

stats