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Alberto Menéndez

Críticos sin referente

Javier Fernández ha desaparecido del escenario partidista asturiano. Hastiado por el trato recibido de los nuevos mandamases del socialismo nacional y regional, el todavía presidente del Principado se ha alejado de la vida diaria de la Federación Socialista Asturiana, de la organización que dirigió durante 17 años. Ha dejado así sin referente, huérfano, a aquel sector del partido que no comulga con las ideas de Pedro Sánchez y de sus seguidores en la comunidad autónoma. Y de esta manera, sin una persona que una, que aglutine, que lidere, es muy difícil, por no decir imposible, sacar adelante una alternativa seria, con alguna oportunidad de poder plantar cara al grupo mayoritario, a aquél que hace sólo unos meses arrolló a los hasta entonces oficialistas en las primarias para la elección del secretario general.

Pedro Sánchez no estaba dispuesto a dejar la puerta abierta a una posible sorpresa en la selección del candidato a la Presidencia del Principado y por eso señaló al claro vencedor de esas primarias, al nuevo líder de la FSA, Adrián Barbón, como su gran apuesta para encabezar la lista autonómica socialista, sin importarle para nada que éste hubiese dicho que se iba a dedicar en exclusiva a las labores del partido, apartándose de la pugna interna por el cartel electoral, apostando por lo tanto por la bicefalia, práctica habitual en la Federación hasta la llegada al poder ejecutivo de Javier Fernández. Sánchez dio de lado a las intenciones de Barbón y lo coronó candidato, cortando así las alas a sus contrincantes. El cargo de secretario general impone.

Todo hace indicar que Pedro Sánchez y su mano derecha, la asturiana Adriana Lastra, se van a salir con la suya y que van a conseguir con su estrategia que, incluso, su número uno, es decir, Barbón, no tenga rival en estas nuevas primarias. Los críticos, los antes conocidos como javieristas, se han reunido para intentar organizarse y sacar adelante una opción alternativa, pero, al menos por el momento, sin ningún éxito. Inclusive el gijonés José María Pérez, que pugnó con Barbón por la secretaría general de la FSA, apuesta ahora por la unidad. Repliegue por lo tanto a la espera de que en las listas electorales de mayo de 2019 tengan también cabida los no sanchistas. Eso o un casi seguro batacazo en las primarias es a lo que se arriesgan los críticos. Y no lo vaticinan los seguidores de Barbón, no, lo reconocen hasta sus adversarios.

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