La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

dfsdfsdf

"Y nos duchamos"

El elogio de Torra a la higiene "indepe", o de cómo el derroche de agua corriente puede llevar a la inquina

"Y nos duchamos". Quim Torra lo tiene claro: los catalanes son superiores a los españoles. Y hasta la higiene, tan sujeta a latitudes, puede ser una frontera moral. Si aún pervive el mito de que los ingleses son unos cerdos, cómo no va a persistir la fama de guarra de Isabel la Católica, que (dice la leyenda) juró no cambiarse de camisa hasta rendir Granada.

"Y nos duchamos". Así se las gasta en éste y otros tuits el actor elegido por Puigdemont para encarnar la última versión de su película legitimista, que aparte de no tener ninguna experiencia política ("un alcalde, un alcalde", pedían en el PDeCAT), se ha distinguido durante el "procés" por sus reflexiones sobre el mal que entraña ser español de nacimiento o adopción: una suerte de pecado original que hay que mantener alejado como sea de la catalanidad, para que no contamine sus esencias de limpieza, orden, emprendimiento y solaz democrático.

Los mensajes supremacistas lanzados por Torra durante el periodo gestante del "procés" ("los españoles sólo saben expoliar" o "lo que sorprende es el tono, la mala educación, la pijería española"), ya borrados, se quedan cortos ante su cerrada defensa de los beneficios que comporta el derroche de agua corriente, profunda meditación que expelió el pasado 16 de abril en la red social favorita de Trump.

Al parecer, los ojos "indepes" son capaces de detectar la mugre debajo del atildamiento de Méndez de Vigo, pero se ve que en ocasiones enceguecen de inquina, porque los tuits xenófobos de Torra le han granjeado hasta los denuestos de Colau, que no es de las que se gasta precisamente el sueldo en afeites.

Pero mejor aún fue su debut en TV3, denunciando que en Cataluña hay una "crisis humanitaria", con "presos políticos" y "exiliados" por doquier. Afortunadamente, en Alemania y en Bélgica está bien extendida la costumbre de la ducha diaria. Y no lo está menos en las cárceles españolas, aunque el aseo de cuerpo entero se practique en grupo para deleite de los cinco de "la Manada".

Habrá crisis humanitaria, pero no olor a humanidad, y eso ya es un paso. Aunque no sé si suficiente para levantar el 155. Porque lo mismo en la era Torra vuelven las "vías" a llenar las calles de sonrisas y esperanza, y en una de ésas millones de "indepes" levantan los dos brazos a la vez y dejan el tuit del candidato a la altura del resto de los bulos que su jefe ventosea a diario.

Compartir el artículo

stats